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Los videojuegos siguen salvando vidas

En este caso le toca a Pokémon Go
Por Rafa del Río

Lejos de la moda que lo llevó a los titulares de todo tipo de medios de comunicación a lo largo y ancho del planeta, Pokémon Go sigue funcionando estupendamente bien en todos aquellos países que no han prohibido su entrada, especialmente con la promesa de un modo que permita que los jugadores enfrenten a sus Pokémon y se 'hagan un nombre' como maestros Pokémon en su ciudad e incluso más allá de ella. 

 

Mientras esto sucede, los Gimnasios y las Poképaradas siguen siendo el sitio ideal para reunirse con otros jugadores, y si bien esto ha hecho que muchos avisen de que hay que ir siempre en grupo y protegidos -un medida que es válida tanto si juegas a Pokémon Go como si no- también ha servido para salvar vidas, tal y como asegura para el Japan Times el periodista Shusuke Murai -no confundir con Suzuki Mirai, fans del dorama-.

 

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Tojimbo, en Sakai

 

Pokémon Go y el suicidio

El artículo, por si no os apetece leerlo en inglés, habla de cómo Pokémon Go ha servido para evitar varios suicidios en Sakai, más concretamente en la torre Tojinbo, una construcción natural de roca muy buscada por los turistas por su explendida vista del mar de Japón que, una vez cae el sol, se había convertido en uno de los puntos favoritos de los suicidas nipones. 

 

En este punto hay que entender que el suicidio en Japón es un serio problema motivado por múltiples factores como la visión histórica romántica acerca del acto de la muerte por la propia mano, ya sea en forma de seppuku o suicidio por honor, suicidio ritual o suicidio por amor -como en la obra Sonezaki Shinjuu-, al que se le une una sociedad de grandes paradojas socio-culturales y un elevado nivel de exigencia individual. Japón se encuentra entre los países con mayor índice de suicidio llegando al punto de tener sus propios clubs y foros de suicidas, como denunció en su momento la película Jisatsu Sakuru (2002), El Círculo del Suicidio, de Sion Sono.

 

Tojinbo era, pues, uno de los puntos elegidos por los suicidas para llevar a cabo su acto final, pero la presencia de una Poképarada en la zona ha hecho que los indices de suidios desciendan drásticamente según explica Shige, un policía de 72 años que lleva evitando que la gente salte de la torre desde hace más de 12 años. Según el veterano policía, la presencia de jugadores hasta altas horas de la noche evita que los suicidas salten, pero más allá de eso considera que el juego está ayudando a salvar vidas en muchos 'spots suicidas' gracias a la presencia de jugadores.

 

En opinión de Shige, Nintendo debería aumentar el número de Poképaradas a puntos negros como el conocido bosque de Aokigahara, al pie del monte Fuji, e implementar el sistema de interacción entre jugadores y combates de Pokémon Go para ayudar a una mayor comunicación de cara a luchar con la depresión y que la gente ayude a otros a no acabar con sus vidas.

 

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Los videojuegos salvan vidas

Pokémon Go vuelve a la palestra con una noticia de un 'efecto inesperado' de su jugabilidad. Una noticia positiva que se une a otras muchas para demostrar que los videojuegos, lejos de ese peligro social que se consideraban hace unas décadas, tienen muchos puntos positivos y ayudan a las personas en múltiples facetas de la vida

 

En este caso, Pokémon Go ha demostrado ser uno de los títulos que mejor combaten los problemas sociales y sanitarios de la actualidad con un sistema de juego que cumple las tres medidas médicas contra la depresión: salir a la calle, socializar y hacer ejercicio, a la vez que añade elementos que ayudan a evitar el bulling en los colegios mediante la creación de un campo de intereses comunes y la valoración de elementos al margen del viejo sistema de jerarquías sociales entre alumnos. 

 

Aún queda mucho por avanzar en este campo, pero cada vez parecen más claros los beneficios que los videojuegos tienen en ambientes tan diferentes como la educación social, la educación tradicional, la salud mental, la autoafirmación y la propia autoestima. Campos que deben seguir creciendo y que demuestran que los juegos son más, mucho más que disparos y muertes.

 

¡Nos leemos! 


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