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Los valores estéticos de la literatura son una mejor forma de llevarla al videojuego que sus textos

Mono no aware, morriña y saudade
Por Adrián Suárez Mouriño

Cuando hablamos de trasladar literatura al videojuego o de adaptar la primera al segundo, lo más común es añadir largos textos al título, transformas las descripciones redactadas en un libro por imágenes interactivas en movimiento o en expandir el universo de una ficción con un videojuego.

 

En parte, Dark Souls hace esto. Hay muchos bichos sacados de Lovecraft ahí y de mangas como Berserk. En los trabajos de Hideo Kojima también hay traducción de leer a ver. Su omnipresente caja en la que se esconden Snake, Big Boss y Raiden es una representación visual del protagonista del libro de Kobo Abe: The Box Man, un fotógrafo que acaba viviendo dentro de una caja a través de la cual ve el mundo.

 

Sin embargo, hay otro factor mucho menos conocido que también empapa al videojuego desde la literatura: los valores estéticos de la cultura. En el caso de la literatura japonesa, hay un valor llamado mono no aware, nacido en la era Heian y es que característico de su forma de crear cultura y de entender el mundo. Mono no aware es el aah de las cosas, es la belleza de lo efímero, de lo que está a punto de morir pues es una celebración de la vida. Como una puesta de sol. Como la puesta de sol de Majula, pero también como un capullo que todavía no es flor.

 

 

Ese valor estético tiene una mayor facilidad para transitar entre las diferentes forma de cultura, pudiendo hacerlo de una manera más ágil que la propia literalidad de un texto. Mono no aware, la belleza de lo que está a punto de morir está presente en las ruinas de Dark Souls, en la belleza del diseño de Artorias, en la naturaleza preciosa que está a punto de desaparecer; pero también en Death Stranding, en ese mundo destrozado, muerto, arruinado, pero que por estar así es algo hermoso. Desarrollo a fondo este tema en un libro.

 

Y comento esto porque trasladar estos valores estéticos es una forma libre, maravillosa y creo que enriqucedora de llevar al videojuego los nuestros. Como gallego, sé que contamos con un par de valores muy presentes en nuestras letras: morriña y saudade. En nuestra producción literaria clásica y actual se habla del que se va, de la nostalgia de la patria que se abandona y de la tristeza que ello provoca, pero también de cómo hay belleza en la superación de ello, en cómo se reconfigura el yo al estar lejos del hogar. Saudade es un profundo encontrarse con uno mismo vehiculado por la nostalgia.

 

Los valores estéticos clásicos de la literatura universal, regional o nacional pueden ser fuente de inspiración para la definición del personaje, de su relación con el mundo, de sus anhelos, de la narración de la historia, y también una herramienta idónea de conexión entre novelas y videojuegos mucho más natural que la textualidad en sí misma. Estaré hablando de esto el 23 de noviembre en la Facultad de Filología gallega de la Universidad de Santiago de Compostela. Nos vemos.


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