1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. PS4

¿Los juegos musicales deben valorarse por su repertorio de canciones?

Demasiado subjetivo
Por Álex Pareja

Todavía recuerdo, con bastante nostalgia, la canción Cherry Lips de Garbage que hace ya más de diez años sonaba en mi copia de Amplitude para PS2. Esa y otras muchas canciones que, tras repetirlas una y otra vez, se quedaban instauradas en tu cerebro sin remedio y se han convertido en un motivo más por los que todavía recordaba con cierto cariño a este videojuego. Y reconozco que he echado de menos más canciones de este estilo en la nueva versión del juego, que acaba de aparecer en PS4. En esta ocasión, Harmonix ha decidido prescindir de canciones de artistas o grupos reconocidos para centrarse en producir ellos mismos la mayoría de temas del título

 

Pero si os dais un paseo por el análisis del juego, os daréis cuenta de que apenas he comentado ese hecho y ni mucho menos ha sido un factor determinante a la hora de valorar Amplitude. ¿Por qué? Porque creo que no soy quién para decidir que un videojuego musical es mejor o peor porque la selección de canciones, de forma personal y subjetiva, me guste más o menos. Tampoco creo que sea justo decir que el repertorio, en esta ocasión, es peor simplemente porque no encontramos nombres reconocibles en el apartado de artistas. 

 

Esta canción era genial para el propio concepto de juego de Amplitude y reconozco que ninguna de la nueva versión me ha gustado igual

 

En el caso concreto de Amplitude (aunque también es un argumento válido para muchos otros juegos musicales) la importancia del juego no reside tanto en la música que está sonando sino en cómo el jugador interactúa con ella y con sus pistas. Una de las cosas buenas que tiene esta nueva versión del título es que, al ser canciones creadas expresamente para la ocasión, funcionan realmente bien con el propio concepto de juego. Da gusto comprobar cómo la selección de pistas y las melodías se adaptan perfectamente a la jugabilidad de la obra. 

 

¿No sería eso lo más importante? ¿O el repertorio sí que debería ser una parte imprescindible a tener en cuenta? En este caso concreto, yo, de forma personal, he decidido que no por lo expuesto anteriormente: creo que mi gusto musical personal no debería ser una vara de medir aceptable para todos los jugadores, sobre todo teniendo en cuenta el objetivo final del producto. Sin embargo, sí que entiendo que en otros juegos musicales la mayoría de usuarios miren el repertorio antes de decidir si comprar el título o no, porque es lo normal. Pero ahí, creo, es donde entra la responsabilidad del propio jugador; yo no puedo decidir por los gustos musicales de todos. 

 

¿Es justo menospreciar el trabajo de unos artistas menos conocidos que otros? ¿Los productores de Harmonix y de otros estudios que han participado en el nuevo Amplitude son peores sí o sí que todos esos creadores reconocidos que se encontraban en el primer juego? Son cuestiones complicadas que, como digo, al final terminan siendo demasiado subjetivas. Al final, depende de cada obra y no podríamos dar una respuesta general para todos los juegos musicales existentes, pero sin duda es un tema que podríamos discutir y debatir. 


<< Anterior Siguiente >>