Los juegos de nicho son los más universales

Puesto que soy adicto al Destiny, y no os creáis que me importa mucho reconocerlo ni serlo, últimamente tengo poco tiempo para otros juegos. Por fortuna, cada uno me sabe a una joya y me hace ver un poco la luz al final del tunel de esta drogodependencia de la cual saldré pronto y, encima, me sirve para reflexionar un montón sobre los videojuegos como tal. Momentos de claridad, lo llaman. 

 

Cibele ha sido uno de esos juegos que me han dejado pensando bastante porque es un juego bastante atrevido, muy avanzado si lo comparamos con matar marcianos y jugar a la tragaperras para que te toque un arma especial; pero gira en torno a un tema tremendamente cotidiano, el sexo y las relaciones entre hombre y mujer a través de la tecnología. El videojuego forma una parte fundamental de la narrativa y, en general, es la parte más curiosa y la que nos permite entender el resto de aspectos del juego. 

 

 

Como digo, Cibele es brillante, pero es un juego de nicho, algo chiquitito hecho por unas cuantas personas y que no tiene nada que ver con otros lanzamientos grandotes de este mes, como Fallout 4, el DLC de Bloodborne o STar Wars Battlefront. Tampoco tiene por qué estar relacionado con ellos, vaya, pero me ha resultado curioso cómo un juego que todo el mundo considera raro habla de algo tan cotidiano y necesario en contraste de los temas y situaciones imaginativos de los otros juegos que cito, por ejemplo. 

 

¿No es curiosa esta contradicción, que los juegos pequeños traten los temas más grandes de forma explícita y los juegos más grandes tengan, si eso, algo implícito que entender? Yo soy el primero en encontrar sentido a cuestiones de fondo en muchos videojuegos, como por ejemplo que Majora's Mask es todo una lección sobre la aceptación y la superación de la pérdida, pero es algo de fondo que extraigo yo, siendo quizá algo imaginativo y haciendo uso de mi sensibilidad. Cibele no, te pone el tema en tu cara. 

 

 

Esto es algo que me parece bastante común en algunos juegos independientes y algo que me fascina. ¿Por qué los juegos más grandes no tratan los temas también más grandes? Si miramos otras obras, audiovisuales o no, esta relación también se da, pero también existen grandes películas sobre el peso de la ambición y la familia (El Padrino), los muchos rostros de la droga (Réquiem por un sueño), los posibles problemas de la tecnología (Black Mirror) y un largo etcétera.

 

¿Por qué no ocurre lo mismo en el videojuego? ¿Realmente es un problema de la 'madurez' supuesta del medio? ¿O una vez más es una cuestión de presupuestos y riesgos para las grandes empresas? No tengo ni la menor idea, pero es un fenómeno que se repite: Gone Home trata sobre la nostalgia, Braid tiene un mensaje jodido sobre las relaciones tóxicas, The Stanley Parable habla de la vida y el trabajo... 

 

 

Que sí, que habrá juegos con mensajes más o menos directos sobre la vida corriente y moliente, como The Last of Us, pero en un trasfondo necesariamente excepcional y como una forma de equilibrar la balanza de acción y sentimentalismo. Además, que Naughty Dog consigue emocionarte a palos (muy bien dados, pero palos emocionales) mientras que otros juegos te dejan tonto perdido por lo cotidiano y cercano que parece obsesionarte con una persona en tu perjuicio y el suyo. 

 

Me encantaría que mensajes e ideas como las que tiene Cibele se hicieran más a lo grande y fueran mucho más ambicioso. No ya porque el medio avance, que a saber si realmente serviría de algo, sino porque a veces evadirse y perderse parece el único objetivo de los videojuegos. Que a mi me gusta pegar tiros a supermutantes más que a un tonto un chupachús, pero a veces pienso que hay hueco para mucha más reflexión personal y humana cuando nos ponemos a los mandos y que se podría llegar así a muchas personas a través de los videojuegos.

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