Los cambios de la actualización 2.0 de Destiny

Es un hecho que Destiny tiene un comunidad impresionante detrás, tanto de seguidores fieles como de haters, porque cada vez que alguien habla de él, otra persona salta para recordar lo malo que le pareció el juego. Yo he estado un poco en los dos bandos, y ahora mismo estoy entre los forofos máximos del juego de Bungie porque, yo qué sé, me lo pasó bien con mis 10 horitas semanales matando bichos a tiros. Por esa razón, hoy voy a hacer un breve repaso de todo lo que cambió ayer en Destiny con la actualización 2.0.

 

Ni corto ni perezoso, puedo deciros que todos los cambios que han introducido lo han transformado hasta parecer casi otro juego, y al margen de algunas mejoras gráficas anecdóticas, donde más se han notado los cambios es en las armas del juego. Para empezar, las cifras de su daño más o menos se han reducido a la mitad, más o menos. Si antes un arma al máximo tenía 365 de daño, ahora tiene 170, aunque el daño que hacen es el mismo. La cifra cambia, el daño en sí, no.

 

 

Por otro lado, se han mejorado los rifles de pulsos y automáticos, mientras que los cañones de mano se han modificado para no ser tan superiores y, sí, el Gjallarhorn ha visto reducida su eficacia ni más ni menos que un 33%. Hasta siempre, camarada. Otras armas exóticas, como el Espino o el Rompehielos, también han visto modificada su eficacia. El Espino es más potente, de hecho, pero solo si consigues hacer cinco disparos seguidos a tu objetivo, mientras que el Rompehielos ahora tarda un par de segundos más en recargar munición.

 

Más cambios: la reputación y las alianzas de la Torre. Ahora tendrás una insignia especial que te hace conseguir reputación de la alianza que más te guste – si no eres Órbita Muerta, eres lo peor – pero que no frena el crecimiento de la reputación de Vanguardia ni la del Crisol. A su vez, las insignias que conseguías en Asaltos o en el Crisol se van a transformar en otro tipo de divisa unificada que no tiene límites semanales y que se consigue por otros medios. Mejor, si me preguntáis a mí.

 

 

Luego, hay muchos retoques de usabilidad: es posible canjear los contratos desde el nuevo menú de misiones, donde también aparecen las aventuritas que te estás corriendo por el universo – una manera mucho mejor de seguir la historia del juego y enterarte de todo – así como los nuevos encargos de ciertos personajes de la torre, que te pedirán hacer ciertas cosas para conseguir nuevas recompensas. También hay nuevos menús para los shaders, las armas y piezas de armadura exóticas y mucho más espacio en tu depósito. ¡Yay!

 

También hay cambios en la manera de plantear los asaltos, que ahora acumularán bonificaciones si haces muchos seguidos, y en el daño por quemadura, que ahora es doble contra los enemigos, pero trilple contra los guardianes, si bien estos podrán usar armaduras con resistencia a daños de arco, de vacío y solar. La eficacia de los Acróbatas del Filo también se ha visto reducida, aunque a cambio la del Pistolero se ha mejorado, y hay una nueva norma en el Crisol que finaliza los combates antes de tiempo si uno de los bandos está muy superdo por el otro.

 

 

Por último, lo más importante. La progresión del juego es completamente distinta y ahora se puede subir de nivel hasta el nivel 34 acumulando experiencia, algo que se ampliará al nivel 40 con El Rey de los Poseídos. A su vez, la luz ahora es un bonificador de daño y de defensa que depende de todos los objetos que nos equipemos, incluidos el Espectro (que ahora tiene carcasas intercambiables) o los objetos de clase (que ahora no son solo cosméticos y suman defensa). 

 

En fin, que Destiny se ha puesto las pilas y se ha vuelto más cómodo para los fans que llevamos un tiempo jugando y más accesible y comprensible para los que lo abandonaron con nivel 20, que por lo visto, fueron la mayoría de jugadores en su día. ¿Recuperará Bungie a estos jugadores? Yo creo que no, pero al menos han conseguido que los que jugamos todas las semanas no estemos tan asqueados con ciertas cosas y ahora tengamos en nuestras manos muchas nuevas cosas que hacer. 

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