Los aliens de Elite Dangerous y la violencia en los videojuegos
Afirmar que los videojuegos solo fomentan la violencia es tan malo como omitir el hecho de que gran parte de su presupuesto está dedicado a obras en las que apretamos gatillos, empuñamos armas y combatimos. Pero uno no supone lo otro, aunque muchos se empeñen en dar un salto lógico de tamañas proporciones. De eso hablaremos hoy, de un videojuego grande y no solo por ser el primero que recrea la Vía Láctea a escala real.
A principios de año os hablé de Elite Dangerous, un juego que nos emplaza a recorrer la galaxia con nuestra propia nave mientras comerciamos, aprendemos y, a veces, combatimos. Desde Frontier nunca han querido plantear un objetivo claro en su obra más allá de la libre exploración, haciendo que el hecho de ser hostil nazca de cada jugador y de su intención de progresar de esa manera, que no es la única, ni mucho menos. Y de eso se podría estar hablando ahora.
Desde las primeras entregas de la franquicia Elite se planteó la existencia de los Thargoids, una raza alienígena que finalmente se ha presentado al mundo en el título que hoy nos ocupa. Tras dar con ellos de manera casual (supuestamente, claro), otros muchos navegantes han ido reproduciendo el primer encuentro y no han tardado en aparecer los primeros escuadrones de caza con un propósito claro: la destrucción del primer Targoide. La semana pasada se apuntaron la primera baja, pero todo parece indicar a que la misma no debería considerarse como una victoria.
Como si nos trasladásemos hasta La llegada, se ha descubierto que la misteriosa especie podría tener un lenguaje con el que estaría intentando transmitir su mensaje. Es algo que se está investigando y que viene apoyado por la actitud pasiva que manifiestan los aliens en cada encuentro: nunca atacan primero. Todo apunta a que estamos ante algo más que un nuevo enemigo al que eliminar en esta aventura espacial, donde el verdadero propósito de los Thargoids sea reflejar cómo acostumbramos a actuar como jugadores, plasmar la hostilidad presente en el lenguaje de nuestro medio.
La considero una hipótesis más que válida, especialmente cuando el supuesto lenguaje recién descubierto se parece descaradamente al de la mencionada peli de Villeneuve -que a su vez es la adaptación de La historia de tu vida, de Ted Chiang- un film que versa sobre las implicaciones de la violencia como supresora de la mediación. No es casualidad. Me parece muy interesante que en nuestro medio existan vías interactivas que fomenten reflexiones como esta, más en tiempos en los que conviene recordar que el fruto del diálogo es el entendimiento.
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