Los accesos anticipados son las nuevas cajas de loot
Ahora que parece que hemos llegado a una especie de tope con las cajas de loot, habiendo asumido que realidades como el FUT de FIFA están para quedarse pero que, por otro lado, con cosas similares a lo de Star Wars Battlefront II o Need for Speed Payback ya no nos la cuelan, la industria está reorientando su estrategia con tal de incrementar ingresos. Las ediciones vienen con más pluses que nunca, las versiones base tienen cada vez menos presencia y, yendo a lo que voy, se ofrecen maneras de jugar antes.
Personalmente, es algo con lo que tomé contacto por primera vez con el estreno de Battlefield 1, hace un par de años. Si lo habías reservado ibas a poder jugar durante unos días previos al estreno oficial, y quizás me pillo los dedos, pero creo que bastaba con tener también el pase de temporada. Ahora todo viene más adornado, y si se trata de un juego online también se te premia con monedas virtuales, skins, sobres, cajas o como se llamen en cada caso. En el fondo, pese a tanto bonus, sabes que solo estás pagando por jugar antes.
Cada uno lo hace a su manera, pero todos lo aplican. Por ejemplo, estrenos inmediatos como FIFA 19, Forza Horizon 4, NBA 2K19 o Assassin’s Creed Odyssey, van a poder jugarse antes si pagas con antelación o si pagas más, por no decir que también hay bonificaciones por reserva que en muchos casos dan acceso a betas cerradas o pruebas VIP por el estilo. Se juega con lo que más pesa: el ansia. No hay treta más ruín, porque no se me ocurre otro adjetivo, que especular con el factor tiempo y con el consumidor que quiere tu producto, ese usuario que se plantearía pagar un 10 o un 20 por ciento más con tal de tener antes tu juego. La filosofía que esconde esta práctica no está tan lejos de lo que se hace con la reventa de entradas, y está feo.
También es un incentivo que pretende fomentar la compra digital. Todos tenemos un amigo que consigue los juegos en caja antes, en la tienda del barrio, y las compañías quieren que ese dinero se redirija a sus arcas. Lógico, aunque a la práctica igualmente cuestionable. Si me preguntáis, opino que es de esas cosas que deben terminar regulándose, que se establezcan unos mínimos en cuanto a fechas anticipadas, ventajas por pagar más y que se garantice la calidad del 'juego normal', que cada vez se está viendo más afectada. La versión estándar, en casos como NBA 2K19, ya es la de segunda: la imagen promocional de este año es Lebron y solo aparece en la carátula de la edición aniversario, es decir, la más cara.
Porque al final lo que se establece es una realidad con usuarios de primera y de segunda, antes incluso de que lleguen los DLC. Es macabro que, en títulos online, el jugador que espere al estreno oficial parta con desventaja. A efectos prácticos ya llega tarde a la fiesta. Luego está todo el tema del contenido exclusivo y de los spoilers, un sarao. Por no decir que toda la gente de YouTube tiene que pasar por caja yendo a por las versiones Deluxe, porque en esa plataforma los tiempos son oro -si no, que se lo digan al que ha comprado el cartucho extraviado de Super Mario Party- y no te puedes permitir ir al remolque de los demás. Es una relación viciosa.
En definitiva, se ha creado una bola de nieve que en estos momentos no para de acelerar, y habría que ponerle freno. Porque por ahora pasa con franquicias importantes pero de rotación casi anual, pero imaginad que podéis, por ejemplo, comprar GTA VI una semana antes de su lanzamiento si pagáis 100 euros. Cuidado con lo que deseáis.
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