Lords of Football: oda a la peor cara del fútbol

Que el fútbol mueve pasiones es algo que sabemos muchos de los que pululamos por aquí. El simple concepto de animar a once chicos dándole patadas a un balón se nos mete de mala manera en la sangre y vamos a muerte con nuestros equipos, alegrándonos con sus victorias y padeciendo sus infortunios. Y curiosamente, todo este mundillo se ha sabido llevar maravillosamente al mundo del videojuego, donde a un friki como yo le importa sobremanera la regular temporada que está haciendo este año mi Sevilla FC de cara a que en la próxima edición de FIFA no le bajen en demasía las estadísticas (no, no juego con otro equipo).

Ya sabemos que meterse entre FIFA y Pro Evolution Soccer es poco menos que de locos, y más aún cuando el primero ha alcanzado un nivel difícil de concebir y el de Konami promete el oro y el moro con miras a su próxima entrega. Es por ello que los italianos de Geniaware, que se estrenan con el título que hoy nos ocupa, van por la calle de en medio y se desmarcan de la simulación deportiva para trasladar la jugabilidad hacia unos derroteros que no dejarán a nadie indiferente. Y no, no estamos hablando de algo parecido a lo que hacen títulos como Football Manager o el inminente FX Fútbol... Lords of Football va mucho más allá.

El programa pretende trasladar el concepto «god-game» a los entornos del balompié, colocándonos en el rol de un presidente de fútbol. No deberemos dejar al azar ningún matiz relacionado con el deporte en sí, pero Lords of Football está haciendo especial hincapié en la posibilidad de jugar con la vida pública de los futbolistas, concretamente al hecho de cuidar que no se desfasen en exceso a la par que los mimamos como las superestrellas que son. Todo un poco al estilo Sims. A las pantallas me remito para ver por dónde van a ir los tiros...

Sinceramente, creo que este no es el camino por el que deben ir los juegos de fútbol. Pienso que si hay algo que podemos dejar de lado en lo que al deporte rey concierne es precisamente esa vida de lujo repleta de injustas frivolidades a la que se ven sometidos los futbolistas en países como España, donde gozan hasta del privilegio más ridículo en pos de que el jovencito de turno esté feliz y no se esfuerce más allá de lo que hace en el césped. Chicos con utilleros que recogen la ropa que va tirando al suelo por pura desidia, con gente que está ahí hasta para enroscarles las bombillas, con coches regalados y sin tener que pagar un céntimo allá donde vayan a comer por muchos millones que llenen sus bolsillos mes a mes. Y que luego nos premien semana a semana siendo unos mentirosos que juegan únicamente a fingir faltas o incluso a hacerle daño al rival clavándole sus tacos a poco que el árbitro mire a otro lado.

El que Lords of Football centre su reclamo en el factor 'vida privada' es desde luego un movimiento inteligente en lugares donde las noticias y las páginas de los diarios se llenan con los rodajes publicitarios de Cristiano Ronado o el último peinado de Beckham. Estamos en un país donde un futbolista como Benzema circula por la autopista a 216 por hora en un tramo limitado a cien kilómetros... y se pide que se posponga el juicio porque el día señalado tiene un partido con su selección. Y mientras, jugaremos con un videojuego (cuya fecha de salida está planeada para finales de año en PC y videoconsolas) que enarbola la bandera de la faceta más prescindible de estos deportistas.

Con todo, está por ver si al final es un producto bien hecho y entretenido. Lo mismo merece la pena, por muy en desacuerdo que esté con la filosofía que han seguido sus productores promocionándolo.