Lo que voy a echar de menos de Mundogamers como lector

Hoy, que ando pensando en algo válido para no entregarle al lector (conocedor ya del final de la página) otro texto anodino como el del Direct de ayer, se me ocurre que voy a aprovecharme del privilegio (y la responsabilidad) de esto de poder escribir en Mundogamers, para hablaros, desde esta casa, como lector de la misma. Una posición en la que he aprendido casi tanto como he disfrutado, lo cual representa, a mi juicio, una de sus principales virtudes.

 

Y si hay algo importante que aprendí como lector, y que más tarde intenté poner en práctica como redactor, es intentar no mirar más allá del videojuego, o quizá mirar más al propio videojuego. Me explico. Antes de toparme con esta santa web, al igual que muchos otros lectores, jugadores y en definitiva, aficionados al videojuego, ya era un apasionado de este hobby. De hecho, como otros tantos, crecí con él y también, como otros tantos, maduré con un cierto complejo respecto al videojuego como producto u objeto cultural.

 

 

Ese complejo es la base de una actitud que entiendo, pero que no comparto a día de hoy (aun siendo plenamente consciente de que en su momento elaboré discursos similares), que no es otra que la de la defensa a ultranza del videojuego o, peor aún, la articulación de esa postura a través del alegato por comparación directa con otras disciplinas como el cine o la literatura. No digo, con esto, que la comparación entre disciplinas no sea válida cuando se analiza una determinada obra. Hablo de la justificación, algo a todas luces innecesario.

 

Mundogamers me enseñó que el videojuego necesita ser estudiado, no justificado. Así, a través de los textos de esta página, conocí no solo libros y autores que hoy por hoy guían mi humilde estudio, sino que también pude vislumbrar una perspectiva académica, de estudio e investigación, que desconocía por completo. A través de Mundogamers (y por recomendación de Adrián) supe de libros como Libertad Dirigida o Play Matters, que me llevaron a Pensar el Juego, a Introduction to Game Analysis y a conocer a un titán del estudio del medio como Víctor Navarro; que a su vez me invitó a zambullirme en autores tan relevantes como Planells, Sicart, Antonio Loriguillo, Susana Tosca, e históricos como Huizinga.

 

 

No quiero decir, con todo esto, que esta sea la única forma válida de acercarse al videojuego, pero sí es, quizá, la que más me gusta. Una aproximación de perfil bajo, que no busca ensalzar nuestra afición, sino estudiarla, desgranarla y encontrar tanto las joyas como los desechos que se encuentran en ella. Es algo que vi reflejado en esta página, como lector, a través de los textos de Rafa, Álex, Adrián, Rebeca y Julián (y otros tantos que vinieron antes), cada uno con su perspectiva, con su enfoque característico, pero con un objetivo común: centrarse en el videojuego.

 

Sé que hay más lugares, en el mar de internet, que abogan por esta deriva. Pero también creo que se nos escapa uno de sus principales referentes. Por suerte, creo que ha estado aquí el suficiente tiempo como para crear escuela, y que sus dispersas semillas empezaron a florecer hace ya un tiempo. Pero hay un tono muy determinado que añade mucha cercanía a esas ganas de indagar, un tono que se dibuja a través de cuatro o cinco artículos de opinión diarios, de pequeñas píldoras de reflexión que día a día, año a año, han ido conformando el discurso de Mundogamers. Eso es lo que más voy a echar de menos como lector, su tono y su discurso.

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