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Lo que quiero de Remedy: más allá de Alan Wake 2 y Max Payne

Mejor cuanto más apurada
Por Rafa del Río

La semana pasada se hacía definitiva la separación total y absoluta de Remedy y Microsoft con la obtención de la licencia de Alan Wake por parte de la compañía de esa figura mítica del mundo del videojuego que es Sam Lake. Tras un Quantum Break que no funcionó tan bien como merecía por culpa de un experimento de juego y serie que para muchos lastró la experiencia más que mejorarla, los padres de Max Payne, Alan Wake y Death Rally esperan al 27 de agosto para compartir su nuevo proyecto, Control, con los usuarios de PC, Xbox One y PS4.

 

Alan wake shoot

 

Alan Wake 2 en PS5

Los rumores no se han hecho esperar y muchos han empezado a divagar en lo que podría significar esta licencia tras una separación que se hizo efectiva en 2016 y que parece obvio que no se llevó a cabo en términos precisamente agradables. La primera opción, la más lógica para muchos, Alan Wake 2 en la próxima generación, multiplataforma y en Xbox Scarlett, PS5 y PC. Una opción que contentaría a todos y que, mientras esperamos a ver qué tal Control, podría ser una noticia estupenda para todos. 

 

La segunda opción es la maquiavélica: Alan Wake 2 exclusivo en PS5, una premonición que se apoya en que las cosas no terminaron de forma idílica y que podría tener su sentido. Los beneficios de esta exclusividad son un poco los de siempre: Financiación, promoción y mimo de madre Sony, distribución directa y campaña de marketing por parte de una compañía a la que eso se le da especialmente bien. 

 

alan wake carton

 

Pero yo no quiero esto

No quiero ver a Remedy Entertainment encerrada en una nueva jaula, esta vez de Sony Playstation, como tampoco quiero ver a David Cage y Quantic Dream en una jaula de oro de Microsoft Xbox. Estas dos compañías han demostrado que son capaces de dar lo mejor de ellas mismas cuando más apuradas están, y quitando quizá Alan Wake, tanto Max Payne en el caso de Remedy como Omikron: Nomad Soul y Farenheit en el de Quantic Dream son claros ejemplos de obras ejemplares que innovaron, rompieron esquemas y supieron funcionar en todas sus plataformas. 

 

¿Quiero un Alan Wake 2? Por supuesto, pero lo quiero en manos de esa Remedy que llevó a Sam Lake a partirse la cara voluntariamente contra la colchoneta entre viñeta y viñeta de la historia mientras prestaba el jeto, tras ponerse un par de tiritas y un poco de mercurio cromo, al bueno de Max Payne. Quiero a la Remedy que luchó por meter esas hiostorias cortas de Nights Springs y esos programas de radio que escuchamos en medio de la oscuridad de Bright Falls en la cabaña del sheriff o una casa de leñador perdida. Si tener a esa Remedy se traduce en renunciar a Alan Wake 2 y contar con una nueva IP creada por ellos desde cero y con la pasión de antaño, puedo renunciar a Bright Falls. Queda por ver lo que hacen con 505 Games en Control, un juego que cuanto más nos acercamos a su fecha de lanzamiento mejor pinta tiene. Ojalá sirva para quitarles la espinita de lo que no pudo ser en Quantum Break y les motive para volver a Alan Wake sin tener que rendir cuentas a nadie. Lo necesitamos tanto como ellos.

 

¡Nos leemos!


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