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Lo que nos quiere hacer sentir Final Fantasy VII cuando nos arrebata a Cloud de las manos

Focalizando ando Clouds de contrabando
Por Adrián Suárez Mouriño

El cambio del CD1 al CD2 en Final Fantasy VII está marcado por lo que le ocurre a Cloud. Por supuesto, de lo que voy a hablar a continuación es spoiler, así que dejad de leer aquí si no queréis saber más.

 

AVISO: Spoiler de un juego de hace la tira de años

 

Cloud descubre que es un muñeco, un clon fallido de Sephirot sin número (en esta rejugada que le estoy dando a Final Fantasy VII me estoy dando cuenta de todo lo que tiene que luego se ha llevado a Kingdom Hearts). Eso lo desquicia, lo vuelve loco y lo parte en dos. ¿Cómo representa esto el videojuego, cómo nos lo hace entender?

 

Pues además de un par de momentos bastante pesados de paranoia delirante, lo hace cambiando la focalización de la narración. La aventura siempre se nos ha contado bajo la perspectiva de Cloud, pero cuando se le destroza la psique, se cambia el control. La historia pasa a contarse primero tras la perspectiva de Tifa y luego pasa a Barret.

 

La serie Final Fantasy suele ser bastante fina con este tema, con cómo entrega ese micrófono que hace de uno u otro de sus personajes el protagonista. En Final Fantasy VI reparte al grupo en sus miembros para que cada uno viva a su modo y nos entregue su particular visión del conflicto. Final Fantasy VIII nos permite ser Laguna para alternar entre lo que ocurre en el presente y en el pasado del mundo, y en Final Fantasy IX se hace algo muy chulo: mostrar pequeñas historias que ocurren de forma paralela a lo que vivimos, pero sin darnos control sobre ello.

 

 

En Final Fantasy VII se usa este cambio de personaje principal para que entendamos que, durante ese tramo en el que ocurre, su mente ya no le pertenece a él por no pertenecernos ya a nosotros. Esta idea contrasta con lo que hacen muchos otros JRPG que, pulsando un botón, se cambia el personaje que controlamos como si tal cosa. Cambia la skin para que podamos ver a quién queramos en pantalla; pero fijaos todo lo que ha hecho esta serie, todo lo que quiere explicar, con el simple ejercicio de cambiar la focalización; es decir, a través de quién se cuenta la historia.

 

Y funciona porque resulta muy desconcertante cuando no controlamos a Cloud: ¿dónde está, qué le ocurre? ¿Por qué solo sabemos de él a través de lo que otros cuentan de él? Y qué placentero es volver a recogerlo entre nuestros dedos. A mí aún no me lo han devuelto y ya lo hecho de menos. 


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