Lo que no quiero que sea Destiny 2

Queda casi un mes para que podamos tener entre nosotros a Destiny 2. El próximo 6 de septiembre llegará la secuela de uno de los mayores éxitos de la industria en los últimos años, y yo estoy empezando a temer lo que podría llegar a ocurrir si el juego no está a la altura o si Bungie comete los mismos errores que en el pasado. Y no es un miedo injustificado, ya que después de ver los contenidos de la beta, lo comentado por el estudio hasta el momento y lo que parece que va a ser su estrategia de actualización a largo plazo, hay mucho hueco para las dudas.

 

Uno de los mayores inconvenientes del primer Destiny, en su estreno, fue su falta de contenidos. Un título de estas características no podía sostenerse con un puñado de misiones, asaltos y una sola Incursión, a la que se añadieron muy pocos contenidos adicionales con sus primeras expansiones. Tuvimos que esperar hasta El Rey de los Poseídos, bastante tiempo después del lanzamiento original, para poder encontrar en Destiny un título a la altura de las exigencias. Y espero, por el bien de todos, que eso no vaya a ocurrir con Destiny 2.

 

 

El problema, como he comentado antes, es que todas las pruebas hasta el momento me hacen asomar la cabeza hacia el abismo de la negatividad. Las mismas tres clases que en el juego original, la presencia de una sola Incursión en el juego base y la confirmación de que llegarán un par de expansiones durante los primeros meses de vida de Destiny 2 me recuerdan demasiado a lo que vimos en el primer juego. Si recordáis, también en el primer Destiny se hizo algo parecido con las llamadas Expansión I y Expansión II, que añadían muy poca carne a un plato de por sí vacío. Esto nos indica que la llegada de contenidos, presumiblemente, va a ser muy similar a la vista en el juego original. Porque, por otra parte, Activision ya ha comprobado que es una estrategia que funciona muy bien, así que ¿por qué cambiarla en la secuela?

 

Ojalá me equivoque y las misiones de historia mejoradas otorguen la suficiente duración y rejugabilidad como para justificar el primer pago por Destiny 2, junto al resto de contenidos. Lo mismo digo de los nuevos planetas, que parece que serán mucho más grandes y con más tareas por realizar. Espero, de verdad, que Destiny 2 no deba dejar pasar más de un año de su lanzamiento original para que empecemos a decir eso de "ahora sí merece la pena". Mi recomendación personal, por las pistas que hemos encontrado ahora mismo, es que esperéis a haceros con él hasta que haya varias opiniones fundadas sobre sus contenidos. Aunque si sois unos comíos, como el que escribe estas líneas, sabéis de sobra el día que volveréis a iniciar una nueva etapa como guardianes y dará igual todo lo demás.

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