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Lo que no mola tanto en Pokémon Go

Adiós, móvil
Por Kysucuac

Voy a aprovechar que el servidor se ha caído hoy como 35136 millones de veces para decirlo: Pokémon Go no mola tanto como esperaba. Bueno, vale, a ver, que todavía ni siquiera ha llegado a España oficialmente, que ha salido en dos sitios y están todos los niños rata del mundo descargándoselo como locos. De modo que las quejicas de hoy vamos a tomarlas como si hablásemos de una fase beta que no está cerrada del todo, esperando que las desventajas desaparezcan con una futura actualización.

 

Ayer me llené de ilusión como la primera vez que jugué a Pokémon Azul, como cuando vi por primera vez la serie de Pokémon, con ese Pikachu regordete con multitud de gestos “a la japonesa” - cosas que fueron desapareciendo con el paso del tiempo y la globalización, así como la dieta a la que se sometió el ratón amarillo hizo desaparecer su grasa – y ese Ash tan jodidamente hostiable. Perdón por la expresión. En serio, salí a la calle con ganas, como una niña en un campamento de verano (después de que se le haya pasado el disgusto de separarse de sus padres). Mi primer Pokémon esta vez sí que fue Charmander. Que te focken, Brock.

 

A ver, Pokémon Go está a la altura de las expectativas. Yo personalmente tenía muchas ganas de probarlo y no pensaba esperar a que llegase a nuestro país. Ay, piratilla. Pero nada más probarlo ya ha habido cosas que no me han gustado del todo. Para empezar, nos dan a elegir entre los tres Pokémon iniciales de la Primera Generación, véase, para los más jóvenes, Charmander, Squirtle y Bulbasaur. Por si no os habéis dado cuenta todavía, sí, sólo tenemos Pokémon de la primera generación. Total, que me pillé al tipo fuego y salí a caminar. Pero me cabrea que haya que elegir entre estos tres – principalmente porque eso puede indicar que conseguir al resto es más complicado – y no entre más. Es decir, sería más mágico si a nuestro primer Pokémon lo capturásemos nosotros mismos caminando por la calle, y que no te lo sirvan en bandeja de plata. Pero, en fin, eso es una tontería.

 

Aquí lo importante es lo que me ha decepcionado muy mucho: Pokémon Go no trabaja en segundo plano (a no ser que pagues la pulserita de los 40 pavos). Y es un verdadero coñazo. No cuentas los pasos que doy si minimizo la aplicación o si dejo el móvil bloqueado. No sé si a vosotros sí, pero en mi caso no y tengo un buen dispositivo (Huawei P9 casi recién comprado, hoyga). La cosa es que tengo que estar activa en la aplicación todo el tiempo, porque si se apaga la pantalla, al volverla a encender necesitará sus segundos de rigor para recibir la señal del GPS.

 

La realidad aumentada tampoco es que sea muy chachi, pero mola tener que girarse a un lado y a otro. Algunos Pokémon te lo ponen difícil.

Otra cosa que hay que solucionar es la de los puntos clave, aquellos que, cuando estamos cerca, nos dan objetos o huevos de Pokémon. Bien, al principio pensaba que estos puntos se recargarían al día siguiente o pasadas unas horas, pero hoy, farmeando en un parque cercano a mi casa, me he dado cuenta de que no. Los puntos clave vuelven a estar disponibles en cuanto salen de nuestro rango. Así de sencillo es. Y, claro, con un fallo tan garrafal, en media hora te sacas Pokéball para capturar tres veces a todos los Pokémon de todas las generaciones. O eso harías si estuvieran todos, for sure.

 

Por otra parte, no está todo demasiado bien explicado. Nos falta un mini manual para monguers que explique mejor cómo evolucionar Pokémon o cómo hacernos con un gimnasio. O, para poner un ejemplo todavía más monguer, yo desconocía por completo que los huevos había que ponerlos en incubadora. Yo iba tó feliz con tres huevos, me da por mirar cuánto les faltaba para abrirse y OH BAIA, ninguno había registrado los kilómetros. Me dio por tocar uno et voilà! Se puso en la incubadora. Hijo de perrilla...

 

Y ya, por último, la queja que le queda por nombrar a la abuela cascarrabias es el excesivo gasto de batería que conlleva tener encendido Pokémon Go. Mi móvil ha acabado ardiendo con sólo cinco minutos de la app de Niantic. De hecho, muchos usuarios se están quejando ya de este gasto de batería... y es mejor que no hablemos de los datos, señores. Ya veremos si llegamos o no a final de mes. En resumidas cuentas, el balance del juego es positivo, pero hay muchas cosas que deberían pulirse antes de su lanzamiento mundial. 

 


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