Lo político en los videojuegos

Ayer leí sobre un juego en desarrollo llamado Top Secret. Se trata de un videojuego donde utilizas diferentes mecánicas, desde desencriptar código y datos hasta enviar mails encriptados, con el objetivo de encontra a una de las personas más buscadas del presente: Edward Snowden, el informante que filtró las actividades de espionaje que la NSA y EEUU estaban llevando a cabo sobre su población y buena parte del mundo occidental. Desde luego, no es un juego que se vaya a andar con chiquitas.

No hay muchos videojuegos que tengan una carga política tan explícita, y la verdad es que ahora mismo solo se me ocurre Papers, Please como ejempo claro de videojuego que vive sus mecánicas y su historia a través del posicionamiento político. No sé cuál será vuestra opinión sobre las acciones de Snowden – a mí me parece que tuvo un valor inmenso y que expuso ante la sociedad civil muchos problemas vitales del gobierno –, pero Top Secret parece buscar un posiconamiento igual que lo buscaba Papers, Please.

No hay demasiados videojuegos que busquen algo así, la verdad, y es una lástima. Como medio interactivo por autonomasia, la implicación que arrastra cualquier mecánica en un videojuego lleva al compromiso político a un velocidad pasmosa. Creo que todos nos hemos sentido de pena después de putear a la gente, necesitada casi siempre, de la frontera de Arstotzka y viendo como nuestra familia se muere de hambre por lo poco de cobramos. No hay que ser muy listo para sentirse representado rápidamente. 

Esa representación es la clave de la política dentro de los videojuegos. Aunque muchos nos meten temas y puyitas sobre el presente, rara vez nos ponen delante una reflexión en forma de juego. GTA V es un ejemplo de ambos hechos: de lo estúpido que es que un señor te diga en una cinemática "así es el capitalismo, amigo" después de comportarse como un gilipollas y de lo horrible que es torturar a una persona para sacarle información. Pese a las masacres que liamos en muchos videojuegos, solo hace un buen contexto, incluso en un juego cómico, para dejarnos un mal cuerpo con un contexto político.

Por todo esto, a veces me gustaría que la crítica a la contemporaneidad que se ve ligeramente en muchos videojuegos fuera mucho más eficaz a la hora de transmitir un mensaje crítico. Mirad Watch Dogs, un juego donde eres un hacker que maneja todo el sistema informático y de espionaje de la población: ¿hay realmente una reflexión sobre lo temible que es todo ese asunto? No, solo hay una historia de un capullo que no sabe enmendar su vida. Y así, un montonazo de videojuegos más.

Como medio interactivo, los videojuegos tienen las mejores herramientas para hacer llegar ciertos mensajes a sus jugadores, pero no parecen interesados porque la industria tras ellos es meramente de entretenimiento. No es que no se pueda entretener teniendo un mensaje de fondo, pero no parece que la fruta esté todavía lo suficientemente madura.