Lo malo de los graficazos

Llevamos una semana que no cagamos con Uncharted 4, y eso que solo hemos visto un vídeo de gameplay, pero yo qué sé. Es un vídeo que enseñaba muchas cosas y que nos da para pensar no sólo cómo será el juego sino también lo que supone para otros de su momento y su generación. Y obviamente, también podemos hablar de los gráficos, de lo bien que se ve, y eso voy a hacer. 

 

Los gráficos de Uncharted 4, una vez superado el Síndrome de Stendhal, son una mala noticia. Por favor, no tiréis aún las piedras. Sí, son una mala noticia no por sí mismos ni por el juego en sí, sino por cómo afectan, en primer lugar porque nos inmunizamos muy rápidamente con los gráficos que tantísimo se diferencian de todo lo que estamos viendo en la actualidad y, en segundo, y casi diría que de modo más relevante, condicionan muchísimo cómo vemos el resto de juegos.

 

Voy por partes: si os ponéis de principio a fin el trailer de Uncharted 4, pasados cinco minutos, yo al menos dejo de ver los graficazos. No es algo malo, es pura aceptación. Mi cerebro asimila lo que está viendo y, como ningún videojuego va a sorprenderme más de lo que veo en la vida real, lo acepto.

 

Por esta misma razón veíamos los juegos de hace 15 años como algo sorprendente. The Legend of Zelda: Ocarina of Time nos flipaba por el salto que supuso. Hoy, ocurre lo mismo con Uncharted 4. El problema es que Ocarina of Time ya no es ni mucho menos un portento gráfico. Y Uncharted 4, aunque lo es de momento, es interiorizado por nuestro ávido cerebro y... deja de serlo un poquito, se convierte en el estándar.

 

Y claro, cuando el estándar es muy alto, cuando sale algo que rompe con todo, el resto de productos de pronto parecen muy inferiores. Cuando saló el iPhone original, de pronto el resto de teléfonos parecían una basura. Y lo eran, la verdad. Ahora, con Uncharted 4, ¿cómo ven nuestros ojos juegos como The Evil Within o Alien Isolation? Aunque aguantan el tipo, no es lo mismo, ni mucho menos. Uncharted 4 nos estropea el resto de juegos.

 

Esto es algo malo, pues, pero también algo de lo que sacar otras cosas positivas: ahora muchos tendrán que ponerse las pilas. Ya no sirve con sacar juegos que se vean mejor que los de PS3 y Xbox 360, lo cual es sumamente fácil gracias a la potencia de las consolas. Ahora toca hacer juegos que no luzcan mal al lado de Uncharted 4. Vale, quizá esto no es algo malo en el fondo...

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