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Llega The Witcher 3, las nuevas formas de comprar videojuegos

Paciencia, que palabra más jodida
Por Rafa del Río

Seguro que ya lo sabéis, pero hoy llega The Witcher 3: Wild Hunt. Ja... Ja!. Me río por no llorar porque seguramente la mayoría de vosotros lo tengáis ya tras haberlo precargado desde las plataformas digitales. Me río porque, si no, os habréis acercado a la tienda a por él a primera hora y ahora estaréis disfrutando con el brujero por esos mundos de Sapkowsky. Me río, en fin, porque me acaban de decir en Amazon que la hora de entrega 'aproximada' de mi copia es antes de las nueve de la noche. 

Ja

Ja

Ja

...

 

8port

 

Hoy es día de absentismo laboral

O lo es para todos aquellos de vosotros, malditos bastardos, que tengáis el juego ya en el disco duro o la 'blu-raiera', y hayáis aprovechado el día para poneros malos una semana o dejar los proyectos para otro día. Y mientras vosotros, odiados jugadores del minuto cero, estrujáis vuestro hype contra el monitor y lo restragáis contra el mando de control, libidinosos edonistas que no pensais en el resto de los mortales, vuestro vecino y calvo redactor se pelea con un texto acerca de la ingente cantidad de formas de comprar que tenemos a nuestra disposición. 

¿Os habéis dado cuenta?

Antiguamente, cuando querías un juego, tenías que ir a una tienda de informática y pegarte con el vendedor para que te abriera el cajón en el que los guardaba y te enseñara un porrón de cassettes de las que, siendo sinceros, no tenía ni la menor idea de lo que iban. 

 

Posteriormente, con el boum de las revistas nacionales de videojuegos, los 'informáticos' descubrieron que la cosa podía dar dinero y empezaron a colocar sus títulos estratégicamente en el escaparate. Luego llegó la Serie Leyenda, que aumentó los puntos de distribución a kioscos y gasolineras, y antes de que nos diéramos cuenta, las cassettes se vendían hasta en los carrefures de la época, Continente, Pryca y hasta Galerías Preciados y Simago.  

 

juegoscasete

 

¡Antiguo!

Vale, vale, pero dejadme que siga. La llegada de las consolas le abrió el mercado masivo a los videojuegos -los de ordenador se seguían vendiendo en tiendas especializadas y... ejem, mercadillos de esos que salen corriendo al grito de 'agua'- y la imposibilidad de volcar el juego en la plataforma llevaron a los títulos consoleros de los circuitos comerciales clásicos a los videoclubes de barrio.

 

Nació el alquiler, ya no hacía falta soltar la talegada, y el día cero de puesta a la venta -que en esa época no era como ahora, pues dependía de cuando le saliera del churro al distribuidor acercarse con la furgoneta- se convertía en colas de niños haciendo pellas en la puerta del videoclub para alquilar el juego de turno y ofertas de dos por uno para el fin de semana. Un simple 'lo siento chaval, todavía no han devuelto el juego' te jodía el fin de semana entero... O te llevaba a patearte la ciudad en busca de El Juego con la pobre de la entonces mi novia, a día de hoy mi esposa, que anda que no es maja ni nada. 

 

the witcher 3 wild hunt 1

 

Hoy es día de robos en El Corte Inglés

y en Carrefour, Mediamarkt -que más que tontos son muuu listos- y todos los que se os pueda ocurrir, que a veces, con tanto hablar de piratería, se nos olvida que los métodos directos siguen estando en boga a día de hoy. Pero olvidemos esas formas de obtención más dudosas y sigamos con la evolución: 

 

Los videoclubes funcionaron, alternando '¿Tienes La Jungla de Cristal en Beta?' con cartuchos de SuperNintendo y Megadrive, y cuando el cine empezó a resultar demasiado rentable y los grandes de las franquicias asesinaron a los pequeños peces de barrio, a alguien se le ocurrió que, ¿por qué no? sería interesante probar con el franquiciado extranjero. 

 

Gameshop, Gamestop, Game, Games... Veréis que no se mataban con los nombres, no, pero el caso es que nacían los monstruos -algunos ya desaparecidos- de la venta, reventa, compra de tapadillo y alquiler de videojuegos. Sin embargo las opciones seguían siendo las mismas, venta directa y alquiler, hasta que a alguien se le ocurrió vender juegos por correo sin ningún tipo de garantía ni, ya puesto, vergüenza. Un paso previo a la venta de los juegos por internet. 

 

03 15

 

Corre, corre, cartero

La venta por correo y, posteriormente, por internet, dio paso a la lucha de las ofertas, hasta que a alguien se le ocurrió vender el juego sin el juego, la copia digital, y la cosa se volvió loca de la noche a la mañana con la venta de códigos rusos de dudosa procedencia y multipropiedad. 

 

Como decía, a día de hoy son mil las posibilidades de hacerte con un juego, desde la reserva en tienda hasta el pedido por internet de copia física, la compra de un código digital, el shareplay con colegas y la multipropiedad. Un sinfin de formas y opciones que a muchos os tendran jugando ya a este Witcher 3 mientras yo,maldita manía de ahorrarme unos lerus y quererlo todo físico, espero a que Seur llame a mi puerta. 

¡Ven ya, tío!

 

¡Nos leemos!


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