Life is Strange es un fenómeno inesperado

A veces, cuando menos te lo esperas, ese juego que parecía una rara avis destinado a un nicho pequeño, que solo buscan jugadores apasionados/emperrados en encontrar un tipo de experiencia o – como yo – en buscar cosas nuevas, que tiene toda la pinta de que se va a pegar un leñazo y que va a sumir al estudio en la miseria... a veces, ese juego resulta ser la bomba y triunfar como la Coca-Cola y nos sorprende a todos los que pensamos que sabemos mucho sobre videojuegos. Hablo de Life is Strange.

 

Los antecedentes son complicados con este juego. Dontnod Etertanment es un estudio francés conocido por varias metedurillas de pata. Primero, por ser un estudio fundado en 2008 que lanzó su primer juego en 2013, algo que no da mucha confianza. Y segundo, porque su juego, Remember Me, no vendió lo suficiente ni gustó demasiado en general entre la crítica a pesar de los comentarios positivos sobre su protagonista, Nilin, y su ambientación, una París futurista muy bien diseñada y muy bonita.

 

 

Partiendo de ahí, su segundo juego, un título llamado Life is Strange con unas adolescentes como protagonistas y que copiaba el formato de juegos episódicos de Telltale Games, fue recibido con bastantes sospechas. No pensábamos que esta gente fuera a hacer nada espectacular y Life is Strange olía a intento desesperado por vivir de la fórmula que otros habían inventado. Qué equivocados estábamos algunos, pues Life is Strange no solo tiene un buen argumento y unas buenas protagonistas, sino que se distancia bastante de lo hecho por Telltale y casi diría que lo hace mejor. 

 

Así que el juego era bueno, pero esto no hace que tu juego sea un colosal triunfo, como lo ha sido este. Parte de la culpa lo tienen sus fans. Al ser un juego que gira en parte sobre unas chicas bastante artísticas y alternativas, parece haber llamado a dichas personas en el mundo real, que en Tumblr, por citar un ejemplo, se han volcado a hablar del juego, a crear fanfictions y artes propios y a hacer un boca-oreja brutal con el juego. Esta publicidad vale oro, vaya.

 

 

Claro está que la publicidad más valiosa es la que han hecho los youtubers, que parecen ser los mayores reponsables del fenómeno. Ya sea PewDiePie o elRubius, que figuras muy conocidas y carismáticas entre la juventud hayan dado cabida a menudo a Life is Strange en su canal ha ayudado una barbaridad, tanto como que el juego se disfrute bastante viéndolo en lugar de jugándolo. Cuando hasta mi compañera de piso, que no juega a nada, me ha preguntado por el juego porque 'tiene mucho hype porque elRubius ya está casi al final', es que algo están consiguiendo.

 

Y en parte, ahí está la reflexión de fondo. Es curioso cómo Internet nos demuestra a veces que un juego puede triunfar si sabe nadar por los canales más atípicos. Aunque no es Minecraft, cuyo triunfo es complicadísimo de explicar, Life is Strange ha cosechado una comunidad fiel detrás que bebe de canales muy jóvenes y al margen de la industria más típica. Curioso que muchos lo denominen un juego hipster por su estética, sus personajes algo afectados y su historia en torno a 'cosas de chicas', porque lo realmente 'underground' ha sido su manera de petarlo en ventas. 

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