Life is Strange Episodio 4. La decisión más difícil
ATENCIÓN: El texto contiene spoilers de tamaño descomunal incluyendo lo ocurrido en el cuarto capítulo.
Entiendo que después del aviso anterior solo quedáis aquellos buenos amigos que ya habéis disfrutado del cuarto capítulo de Life is Strange, Dark Room. Ya os ofrecí sin spoilers mi opinión sobre los anteriores capítulos, pero para este he querido abordar el asunto hablando sobre lo que ocurre en él sin secretos, dando por hecho que si me estás leyendo es porque ya tienes el juego y lo has ido disfrutando poco a poco.
En concreto quiero centrarme en los primeros minutos, que para mí han resultado ser los mejores de todo el juego hasta el momento. Como recordaréis, el tercer capítulo nos dejó totalmente descolocados cuando descubrimos que tras modificar el tiempo para conseguir que el padre de Chloe no muriera en un accidente, la consecuencia llevaba a que ella misma sufriera un accidente que la postraba en una silla de ruedas.
Este cuarto capítulo centra sus esfuerzos al inicio en mostrarnos cuánto ha cambiado la vida de nuestra mejor amiga debido a nuestro acto, que en principio era con la mejor intención del mundo. Life is Strange sabe mostrarnos con maestría y clase lo frágil que resulta la vida humana, tanto física como emocionalmente, utilizando la figura de Chloe, sus padres y Max.
Es difícil darse de bruces con un videojuego que de forma directa trata lo que sienten las personas en silla de ruedas o con algún tipo de problema de movilidad, y el cómo cambia su vida por ello. La sensación que tiene Chloe de ser una carga para los demás y la soledad inmensa que siente al haber sido abandonada por sus amistades, incluyendo Max, que ni siquiera iba a visitarla tras el accidente.
En Max también podemos comprobar su sentimiento de culpa, ya que la consecuencia de utilizar sus poderes tratando de ayudar a Chloe han provocado que se encuentre en la situación en la que está. El juego sabe plasmarlo en las conversaciones y también, de forma magistral, a través de la interacción con el entorno del propio jugador: comparando la disposición y elementos de la casa que ya hemos visitado antes, con la versión de Chloe de antes y la de ahora.
La situación de los padres también es evidente y de igual forma se nos muestra a través de la interacción con ellos y los elementos de la casa. Las facturas médicas que conllevan tratar los problemas de Chloe son enormes y no pueden hacerse cargo. No tienen vida, solo trabajan para poder pagar las facturas de su hija.
El sentimiento de angustia me invadió desde el primer instante. Era Chloe, esa misma chica con la que yo también había compartido mis momentos en los tres capítulos anteriores. Esa chica rebelde, adulta, con ganas de comerse el mundo y que no le tiene miedo a nada. Esa gran amiga que, también en parte por mi culpa, se encontraba en esa situación.
La decisión más difícil a la que me he tenido que enfrentar en el juego es la última que debemos tomar en estos últimos primeros minutos de juego. Chloe nos expone su situación: está muy mal y cada vez sus problemas respiratorios son peores. Siente que es una carga para sus padres y quiere morir tras haber vivido ese día junto a Max, tras haber podido rememorar esos buenos momentos del pasado junto a su mejor amiga.
Ella nos pide que la dejemos marchar. Quiere dejar de sufrir recordando para siempre que estamos a su lado.
Yo lo hice. Y creed que esos segundos de duda han sido unos de los más angustiosos en toda mi vida como jugador.
Life is Strange consigue con creces, a pesar de sus altibajos en algunos episodios, cumplir sus dos propósitos principales: hacernos sentir como propias las emociones de Max, y también hacernos entender lo importantes que son todas las decisiones que tomamos en nuestra vida, tanto para nosotros mismos como para las personas que hay a nuestro alrededor.
Espero que vosotros sepáis elegir bien.
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