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Life is Strange. Entre Gone Home y lo tradicional

En tercera persona
Por Adrián Suárez Mouriño

Desde el anuncio de Life is Strange la semana pasada se ha convertido en un must have para mí. Como ya hablamos por aquí, el trabajo de Dontnod es fabuloso en cuanto a concepto, ideas y ambientación; si hablamos de Remember me, pero me falló su jugabilidad. Al ver el juego moverse en el vídeo mostrado en la Gamescom lo cierto es que me ha convencido. Si en el anterior se fijaron en los títulos de acción del momento (en concreto los Castlevania de Mercury Steam), ahora lo han hecho teniendo muy presentes los indie que pliegan sus esfuerzos hacia una narrativa en los que la jugabilidad es un medio para esta, no al revés.

 

En concreto, el juego respira Gone Home por los cuatro costados, pero a los que se le ha añadido una jugabilidad de aventura gráfica de toda la vida; la de "me hace falta eso para abrir esa otra caja". Así, se consigue añadir dos capas de profundidad al puzzle que es Life is Strange: el primero, y más interesante en mi opinión, aquel que describe porque la protagonista ha vuelto, los secretos de su vida, todo lo que rodea a la misión de encontrar a su amiga y sus propios sentimientos, donde Gone Home es fuerte. Y dos: aquellos que consisten en coger un chisme para hacer que otro funcione.

 

 

Para darle una hilazón a ambos, se ha optado por entregarle a la protagonista poderes para alterar el paso del tiempo; que el viaje contado explique los motivos de tenerlo y la propia habilidad sirva para atrapar elementos que de otro modo sería imposible. Sin embargo, con respecto a Gone Home destaca una cosa fundamental: el cambio en el modo de presentar a la chica; en primera persona aquel y en tercera este.

 

Habrá que ver cómo funciona este cambio. Como punto positivo, es cierto que es necesario para una mejor interacción con los objetos de nuestro entorno. Al ver el cuerpo de la chica se aprecia de mejor modo cuando algo está alto, si podemos colarnos por algún espacio y hasta sus emociones. Como lado negativo, también es cierto que en Gone Home no tenemos ni idea de la piel que habitamos si no es a través de los descubrimientos que se hacen ingame, lo que logra que queramos recorrer cada esquina de la casa para saber quienes somos en realidad. Parece una chorrada, pero al ver el rostro de nuestra protagonista o sus expresiones, sabemos ya mucho de ella.

 

Tocará ver cómo plantean todo el juego para saber si, siendo conscientes de esto, varían la manera de presentar el cuento para que funcione en los dos sentidos que se pretenden; pero por lo pronto hay que reconocer que el juego es pintón para todos los que amamos este tipo de títulos y que hay ganas de saber más de él.


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