Life is Strange 2 sería mejor con problemas mundanos entre hermanos y adolescentes
El primer episodio de Life is Strange 2 no ha dejado indiferente a nadie. Por lo general, creo que la opinión que os mostré hace unos días es la más común, con aficionados y amantes de la primera entrega de la saga algo decepcionados con el inicio de la historia entre Sean y Daniel. No voy a esgrimir los mismos argumentos que ya pudisteis leer en aquel artículo, pero quiero dejar en evidencia cuál habría sido un camino a tomar por parte de Dontnod que a mí me hubiese encantado jugar.
El mayor problema de este inicio de Life is Strange 2 es que se aleja demasiado de lo que era hasta el momento la esencia de la saga. Problemas entre adolescentes y familias, muchos de ellos muy mundanos, que a su vez se iban intercalando con problemas más serios y con un trasfondo importante que mantiene el interés hacia la trama, que incluso justifica la presencia de los poderes especiales. En esta secuela el foco principal es la huida entre los dos hermanos, dejando totalmente de lado esos elementos que tanto nos fascinan en esta casa y al resto de jugadores del mundo. Incluso cuando interpone asuntos importantes y trascendentes lo hace mostrando claramente su posición política, algo que evitaba hacer el primer juego en temas complicados como el suicidio, la homosexualidad o la eutanasia.
Precisamente cuando tiene lugar esa escena forzada (que sigo manteniendo que es la peor jamás vista en toda la saga) y que obliga a los protagonistas a dejar todo atrás y a iniciar su huida, me sentí dolido, porque quería continuar con el estilo de juego que se me había proporcionado hasta el momento. Lo más interesante de todo ese primer episodio de Life is Strange 2 es el inicio, cuando controlamos a Sean inmiscuido en sus problemas personales: prepararse para la fiesta, intentar relacionarse con la chica que le gusta, hacer caso a su mejor amiga, lidiar con un hermano pequeño algo pesado y conversar con su padre, que resulta muy entrañable. Me hubiese encantado haber disfrutado de esa fiesta, descubrir a un joven de 18 años vergonzoso con las chicas, con problemas para relacionarse cuyas decisiones no irían más alla de emborracharse esa noche o no, probar unas caladas de un porro y tener valor para pedir salir a una chica. Esa es en parte la esencia de Life is Strange, que me da rabia haberme perdido.
Si el juego hubiese seguido ese camino sería mucho mejor. Apostaría por seguir poniendo como relación principal a la de los dos hermanos, pero no de la forma en la que lo hace el juego, que más parece una relación entre padre e hijo. Momentos en los que tenemos que decidir si hacer más caso a nuestro pesado hermano pequeño que a nuestros problemas amorosos, o hacer un favor a nuestro padre quedándonos con él y cuidarlo en casa... y, quizás, descubrir esos poderes que le meten en problemas y con los que tenemos que lidiar para evitar un susto. Problemas entre hermanos, comunes, que todos hemos tenido. Incluyes en este caso otro problema mayor que tenga que ver con el colegio o con el taller de tu padre, y ya tienes una historia bien montada, que puede interesar y que mantiene todos los elementos que han hecho triunfar a Life is Strange y a Life is Strange Before the Storm.
Lo peor de todo esto es que Life is Strange 2 ya ha tomado otro camino, y va a ser imposible que cambie. Es decir, estos elementos ya se han perdido y no podrán volver en siguientes episodios, ya que la huida fulmina por completo la posibilidad de que el juego cambie su tono y sus metas en el futuro. Ojalá los siguientes capítulos puedan ser más interesantes, pero estos elementos mencionados son los que hubieran hecho de esta secuela una experiencia mucho más satisfactoria, mejor entendida dentro de la saga y que permitiría al estudio seguir mejorando en aquellos puntos donde ha sentado cátedra. Puede que ellos mismos hayan tomado una decisión equivocada, pero por desgracia en este caso ya no se puede volver atrás en el tiempo.
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