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Legrand Legacy nos recuerda a aquellos JRPG de los 90 que buscábamos para matar el mono de Final Fantasy

Aquellos maravillosos años
Por Adrián Suárez Mouriño

Legrand Legacy es un interesante y trabajado JRPG de los indonesios Semisoft. A diferencia de otros estudios no japoneses que intentan ofrecer su propia versión del género, en esta ocasión no se fijan en los juegos de rol de 16 bits, sino en los de 32. Esto se traduce en escenarios que recuerdan a los prerenderizados de Final Fantasy VII, solo que aquí hechos con lápiz, pinceles y tonos ocres, combates contra grandes enemigos y personajes correctamente trabajados a nivel de guion y, por supuesto, con un protagonista que tiene amnesia.

 

Legrand Legacy no destaca por salirse de la norma, más bien por llevar bien a su terreno los lugares comunes de estos juegos. La ambientación sí que se sale de lo habitual, siendo más sucia, marrón y hostil. El mundo que nos propone Semisoft mantiene muy bien el equilibrio entre escenarios preciosistas y angostos, dotando al juego de mucha personalidad.

 

 

Como en todo buen JRPG hay un gran número de combates. Por fortuna, estos no son aleatorios y cuentan con algunas ideas que se agradecen. Para empezar, hemos de tener muy en cuenta el posicionamiento y también los tiempos de ejecución de nuestros golpes. Menos afortunado es tener que pulsar en el momento correcto el botón para medir la potencia de nuestros golpes. En los 90 y 2000 se recurrió mucho a la inclusión de QTE para reforzar la interactividad de una secuencia; pero los hemos expulsado de nuestras vidas por algo.

 

Pese a ello, el combate funciona bien, es riguroso pero bien ajustado. Para añadirle variedad, hay secuencias en las que tenemos que batallar como si se tratara de un SJRPG, además de hacernos pescar y disfrutar de otros minijuegos. Con todas estas opciones, lo cierto es que Legran Legacy se hace muy ameno y llevadero.

 

Peor parada sale la exploración. Los entornos son a veces demasiado pequeños para desarrollar paseos interesantes, y más de una vez he chocado con personajes que no me han dejado avanzar bien. Además, en ocasiones el juego cae en clichés demasiado manoseados del género, recordándonos de nuevo que no quieren innovar, sino dar su propia visión del JRPG; el problema es que los que ya hemos jugado a tantos tendemos a recordar dónde hemos visto ese elemento en el que se inspira y cómo se ejecutó mejor.

 

Por desgracia, Legrand Legacy no viene traducido, teniendo acceso a él solo en inglés. Yo lo he disfrutado en Switch, y aunque no me parezca un juego de rol sobresaliente, sí es notable. Perfecto para jugarlo en modo portátil y recordar cuándo buscábamos más JRPG para matar el mono entre un Final Fantasy y otro.


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