Las nuevas generaciones de desarrolladores
La saga de los Romero sigue. Es el año 2020 y un científico ha lanzado bombas atómicas sobre la civilización que ha acabado con la humanidad tal como la conocíamos. Tú eres el último mexicano que queda vivo en los Estados Unidos y debes sobrevivir a las hordas mutantes con tu camioneta de tacos. Deberás llegar a Canadá y volver a la vida normal. Eres Gunman Taco Truck, y el presente es el primer videojuego de Donovan Romero, hijo de Brenda y John Romero, casi nada.
Si el retoño de Brenda Romero ha heredado algo de su madre o su padrastro estaremos ante un tremendo desarrollador. El primer juego tiene algo de trampa, claro: Donovan tiene diez años y está siendo ayudado en la creación del juego por sus padres y unos cuantos amigos, seis personas en total. Más allá de lo que haga, el hecho de que sepamos del chaval y de sus intereses por la industria ya es una gran noticia y hay que verla con el prisma tierno de la misma.
Me paro a pensar en lo que se necesita para crear un videojuego y doy por sentado que el bueno de Donovan no habrá podido lanzarse a la creación de todo el desarrollo, es obvio, pero me gusta saber que la saga de los Romero tiene continuidad de forma tan precoz. Luego puede que Donovan le dé por hacer otras cosas y los videojuegos no acabe siendo su profesión, pero no deja de ser interesante ver a esa nueva generación de jugadores nacidos en el siglo XXI haciendo sus primeros pinitos en la creación de videojuegos.
Los chavales son unos grandes jugadores, consumen muchos videojuegos y para gran parte de los jugadores actuales son un auténtico misterio. Me encantaría saber más de ello, y si estás en la misma situación que yo y eres de Zaragoza te gustará saber que Raquel García, de Crom Developer, dará una charla al respecto de niños y creaciones lúdicas el próximo domingo 12 a las 12 en YouWin. Será curioso ver qué se plantea y qué piensan los niños de algo que aman tanto como el videojuego. Fijaos en lo que llega a cambiar el videojuego entre gente de 1986 y 1991, imagina lo que puede pasar con los chavales de primaria y secundaria.
Da vértigo, pero más vértigo da ver todas las empresas y proyectos que hay detrás del videojuego. Es emocionante en realidad.
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