Las misiones secundarias de Red Dead Redemption 2: lo mejor del juego
Cuando en un mundo abierto solemos decir que las misiones secundarias son buenas, la manida coletilla de "nada tienen que envidiar a las misiones principales" acompaña, lo que nos hace entender que han sido cuidadas y tomadas como algo importante dentro de la experiencia. Curiosamente en Red Dead Redemption 2 no ocurre exactamente lo mismo, y yo os digo abiertamente después de muchas horas jugadas que lo mejor del juego al completo son estas misiones secundarias.
Después de pasar tanto tiempo junto a Red Dead Redemption 2 para ocuparme del análisis que ya podéis leer desde hace unos días, me he dado cuenta de que parece que estos contenidos secundarios han sido el cajón utilizado por Rockstar Games para innovar y para ofrecer distintas experiencias que se alejan bastante de lo visto en la historia principal. De hecho, ojalá estas misiones principales hubieran tenido mucho de estos elementos en lugar de centrarse tanto en la acción y la violencia más pura, con esas mecánicas arcaicas que lastran la soberbia experiencia.
Las misiones secundarias de Red Dead Redemption 2 suelen aparecer de distintas maneras, pero casi siempre de una forma orgánica: primero conocemos al personaje protagonista de estas (bien sea a través de una carta, de un encontronazo fortuito o de otro tipo de aldabonazo) y después se van diseminando las misiones a lo largo del mapa en forma de iconos. Os recomiendo encarecidamente que os perdáis siempre que podáis en busca de estas misiones (que se diferencian en el mapa por su color blanco en lugar del amarillo de la historia principal) pues os van a ofrecer la experiencia más gratificante del título de Rockstar Games: aquella que se aleja de la violencia para acercarse a las personas, los diálogos y las situaciones más insospechadas.
Guardo en la memoria varias de estas misiones secundarias, como por ejemplo una que se divide en varias partes y donde tenemos que encontrar a una serie de animales perdidos del cargamento de un circo. El desarrollo de esta subhistoria es formidable, divertido y muy original, aportando ese toque especial que me ha faltado en las misiones principales. Lo mismo ha ocurrido con las misiones que protagoniza la ex esposa de Arthur, Mary, y que os recomiendo encarecidamente que realicéis: conoceremos más del pasado del protagonista y descubriremos a una Rockstar más enfocada en los sentimientos y las relaciones humanas que nunca. Lo mismo ocurre con las misiones de campamento más rutinarias que nos llevan a pescar o a cazar con nuestros compañeros: se aprovechan los paseos y la rutina para entablar conversaciones personales que van más allá de las banalidades y que nos sirven para conocer más a los personajes y la relación que llevan con Arthur.
Me parece genial que Rockstar Games haya dado una importancia tan grande a los contenidos secundarios de Red Dead Redemption 2, pero no solo generando misiones potentes y espectaculares, sino ocupando ese campo de cultivo de un estudio que se nota deseoso de dar más importancia a las relaciones humanas, a los propios sentimientos de los personajes y a dejar de lado la acción y la violencia en favor de otras virtudes. Es una pena, de hecho, que las misiones principales no tomen más nota de estos elementos o al menos no recurran continuamente a la acción: el juego hubiese sido todavía mejor.
<< Anterior Siguiente >>