Labyrinth of Refrain: Coven of Dusk es perfecto si te gusta jugar a rol
Cuando pensamos en videojuegos RPG de exploración de mazmorras, se abre todo un abanico de posibilidades. Con Nippon Ichi es difícil, sin embargo, saber a qué nos enfrentamos. Los creadores de la popular saga de Disgaea (que estoy deseando volver a tener en mis manos, por cierto) nos traen ahora algo muy distinto. Algo que, por cierto, no es para todo tipo de públicos. Para empezar, no tiene nada de cuento de hadas ni historia de fantasía infantil, así que id echando a los niños del salón. Labyrinth of Refrain: Coven of Dusk es un juego más adulto, una forma más madura de contar una historia, haciendo que parezca un juego de rol de mesa.
Los que me conocéis sabéis que soy muy fan del rol. Reunirme con los colegas, jugar a Anima o a Warhammer Fantasy, tirar dados y librarme por los pelos de las pifias son cosas que entran dentro de mi plan perfecto para un fin de semana. Y son muchos los videojuegos que adaptan sin problema el sistema de los juegos de rol de mesa. No obstante, esto que tengo en mis manos, lo que estoy jugando ahora en PS4, lo hace de una manera distinta, sin abandonar la dinámica de los dungeon-crawlers más populares, pero optando por un estilo muy propio.
Comparando el trabajo que se ve aquí con lo ya conocido, podría deciros que tenemos una mezcla entre Disgaea (por aquello de ser de Nippon Ichi, que siempre se procura beber un poco de lo anterior) y Etrian Odyssey. La saga de Atlus sabe bien cómo traernos una exploración de mazmorras pura y dura, y como no tenemos juego nuevo desde Etrian Odyssey V, de 2016, no está de más contar con este Labyrinth of Refrain para sustituirlo.
Cuando juegas a rol tienes que tirar mucho de imaginación, y eso es lo que hay que hacer en este juego. Más allá de los diálogos estáticos, con los personajes mostrados con diferentes gestos, pero sin animación, y las voces, no hay escenas “curradas”. Bueno, a ver, la introducción del juego es magnífica. Pero quiero decir que no hay nada más que nuestra imaginación mientras jugamos. Exploraremos el laberinto en primera persona y no habrá animación de batalla cuando nos enfrentemos a un monstruo. Elegiremos quién ataca y quién usa una habilidad, pero los “moñecos” (marionetas, vale, me gusta la palabra moñeco) estarán bastante limitados a la hora de mostrar su acción.
Esto no tiene por qué ser malo. Si te gusta el género sabrás que así es como debe ser, así es como mola que sea. No poder tirar dados no es un impedimento para ver el parecido con el juego de rol. Te mueves por un laberinto en el que tendrás que elegir el camino, tendrás que abrir puertas y mandar a tus personajes a una muerte segura. Yo me he sentido, no como máster, sino como jugadora temerosa que no sabe si tirar a izquierda o a derecha. Los juegos de mazmorra como este tienen ese atractivo extra que da una cámara en primera persona y una animación escasa. No esperes encontrar un Recettear: An Item Shop's Tale cuando juegues a esto de Nippon Ichi. Labyrinth of Refrain: Coven of Dusk no gasta presupuesto en personajillos corriendo de un lado a otro de la mazmorra. Se lo gasta en una música estupenda y una ambientación curiosa que te va cautivando. Algo muy de la vieja escuela que sigue funcionando hoy en día. Sí, como el rol. Más o menos.
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