La versión de Death Stranding en PS4 estándar es un ejemplo de lo que debe ser una familia de consolas
Es con los últimos ramalazos de generación cuando estas cosas dan un poco más de miedo. Me refiero, como sabréis, a las diferencias notables de rendimiento entre consolas de una misma familia cuando llegan lanzamientos potentes, como por ejemplo Red Dead Redemption 2 o Gears 5.
No quiero quitar mérito a The Coalition en lo segundo, pero para plasmar las diferencias del juego protagonizado por Kait entre Xbox One X y Xbox One S casi hay que sacar la libretita. En una el juego va a 60 frames mientras que en la otra apura para llegar a la mitad, y en ambas hay resolución dinámica; una va de los 4K nativos hasta los 1584p mientras que la “pequeña” logra el estándar de 1080p pero llega a descender hasta los 792p. No hay una sino varias diferencias.
No quiero que veáis esto como la enésima conquista en la cansina guerra de consolas, no voy por ahí, simplemente digo que estas cosas pasan y que Sony, por ir al “otro bando”, se tuvo que comer la peor versión de RDR2 si querías jugar a la máxima resolución de PS4 Pro. Por eso Death Stranding es una buena noticia, porque sirve de ejemplo para lo que debe -y debería- ser una familia de consolas: algo que no te deja atrás estés donde estés.
Para ir poniendo los datos encima de la mesa, tanto en PS4 como en Pro el juego corre a 30 frames estables, por lo que si hablásemos de recortes en todo caso serían por arriba. No hay drops en la versión base. En temas de resolución, la consola estándar corre a 1080p fijos y la Pro, si no tira de supermuestreo en esas mismas cifras, alcanza el 4K sin variaciones. La gran diferencia, para que nos entendamos, es únicamente de escalado.
En lo demás, hablamos de versiones prácticamente idénticas. Incluso analizando los primeros tráilers, aquellos en los que supuestamente todavía ni se contaba con el Decima Engine, no se percibe downgrade sino más bien lo contrario. La cosa ha acabado viéndose incluso mejor. Ambas PS4 tiran el juego con el mismo detalle en sus texturas, la misma oclusión ambiental, las mismas sombras y el mismo tratamiento de las luces volumétricas (con HDR) eliminando cualquier perjuicio que podría llegar a tener la consola original.
Si las familias de consolas tienen que existir, este es el camino. Los primeros compradores juegan a la máxima resolución permitida por su consola y, a partir de ahí, quien quiera más que tenga opciones. Pero que nunca se recorte por debajo. Muchos pueden seguir felices con los 1080p y convivir con los que pueden hacerse con PS4 Pro y disfrutar del juego en 4K, pero que lo uno no moleste a lo otro. En eso consiste la convivencia en una familia.
<< Anterior Siguiente >>