La última víctima de Ubisoft. ¿Quién es Patrice Désilets?

El canadiense responsable de varios de los grandes éxitos de Ubisoft de las dos últimas generaciones, Patrice Désilets, ha sido despedido de la compañía tras una curiosa historia en la que no sólo estaba involucrada Ubi, sino también THQ.

Patrice Désilets ha formado parte de la labor creativa de sagas como Prince of Persia a partir de las 128 bits con el gran Sands of Time, o Assassin's Creed en la presente generación. Su experiencia en artes cinematográficas y literarias consiguió hacer que en los videojuegos comenzase a ser explotada esa faceta más cercana a las películas mediante un guión más trabajado y secuencias capaces de sumergir más al jugador.

Tras liderar el desarrollo de Assassin's Creed, mejorarlo con creces en su segunda entrega, el segundo de la trilogía de Ezio Auditore fue su último trabajo para la compañía no llegando a terminarlo, y en 2010 decidió abandonar Ubisoft, algo que la empresa justificó como que había llegado al final de su trabajo como creativo, que en realidad se debió a las contínuas discusiones (de buena fé, dicen) entre Désilets y Ubisoft, de quienes decía que trabajan sin bases y sin mérito. Se fue por principios.

Tras un año de ausencia de los videojuegos, ingresó en THQ para trabajar en el estudio de Montreal, en proyectos no anunciados. Pero THQ se fue a la quiebra, y a principios de este año Ubisoft tomó parte en la subasta de licencias y estudios, donde se hizo con, entre otros, este mismo THQ Montreal en el que Patrice Désilets trabajaba.

Alrededor de dos meses ha vuelto a durar Désilets en Ubisoft, y esta vez no ha sido por una baja voluntaria por principios, sino por un despido en toda regla.

Ubisoft se está cubriendo de gloria con las declaraciones de sus empleados. Entre las malas formas del despido de Désilets (que tampoco parece ser un santo) y la explotación de los trabajadores de Rayman Legends para llegar al lanzamiento de Wii U para luego posponer el juego dos veces, parece buscar con ganas el título de peor compañía.

Una gran pérdida para la industria, pero seguro que no tardaremos mucho en volver a saber de él.