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La serie Sacred volverá en forma de beat'em up

Prólogo de Sacred 3
Por José Manuel Fernández "Spidey"

De sorpresa nos coge el asunto. Y no es que sea especialmente llamativo el hecho de que Deep Silver decida continuar su serie Sacred, máxime teniendo en cuenta lo que bebe este nombre de Diablo y lo de moda que está ahora mismo la tercera iteración de la saga de Blizzard (le pese a quién le pese). Sin embargo, lo que llama poderosamente la atención es que hayan utilizado el universo de sus juegos de rol para plasmar en las pantallas de nuestras consolas y PC un beat’em up al más puro estilo Golden Axe. Así, el experimento de Sacred Citadel se arriesga a ese acto tan difícil que es el de picarle el gusanillo a los perros viejos que pululaban los salones arcade allá por los ochenta-noventa.

 

Sacred Citadel

 

Ojo, que esto no quiere decir que en Deep Silver vayan a echar por la borda la esencia RPG de los anteriores Sacred, ya que este beat’em up será en verdad el prólogo del próximo capítulo de la serie. Sacred Citadel terminará desvelando un secreto acerca de los Serafín que, por supuesto, estará más que relacionado con la trama rolera de Sacred 3, previsto para el próximo año por parte de la programadora mano de Keen Games. Pero la cosa es que el prólogo de marras tiene una pinta descomunal, y estamos deseando echarle el guante… a ver si, como en otros casos de beat’em up modernos, no termina siendo un aburrimiento supino.

 

Y es que uno echa la vista atrás y, siendo absolutamente objetivo, no puede encontrar comparación posible entre la apasionante jugabilidad de los viejos “yo contra el barrio” al lado de los anodinos intentos actuales de plantar en pantalla a un personaje con el objetivo de librarse a ostias de los enemigos. Fuera y aparte del modernizado concepto tipo Devil May Cry o God of War, los representantes más peleones del género (y, en esencia, más cercanos a la plantilla Double Dragon o Renegade) nunca terminan de encontrar ese punto medio de diversión que antaño sí lograban atesorar.

 

Sacred Citadel 3

 

Aparte del hecho de que en la actualidad es complicadísimo encontrar dignos representantes del beat’em up, estos no saben medir ciertos parámetros que antaño parecían magistrales de cara a redondear la jugabilidad de un arcade de este género, materia esencial si querías que el jugador se enganchara e insertara monedas de 25 pesetas una tras otra. Nombres recientes como Castle Crashers, Fairytale Fights se ofuscaban en implementar un caos en las acciones y golpes que se alejaba sobremanera de la claridad de antaño, donde el usuario consideraba indispensable ver de manera cristalina cualquier agarre o golpe.

 

Otra cosa de los beat’em up de hoy día es ese absurdo empeño por sacar enemigos durísimos. Son en teoría fáciles de abatir, pero su barra de vida en sí es un tedio que termina condenando a muchos juegos de este género. Este es un error en el que incluso caen los juegos amateur diseñados con herramientas a la usanza del Openbor o Beats of Rage, con creadores que piensan en alargar sus desarrollos a base de lanzar y lanzar muñecotes casi inmortales. Sabido es por los aficionados al género que es mucho más divertido acabar en la misma pantalla con una docena de enemigos medianamente débiles antes que aporrear sin ton ni son a un pobre tipo. Muy a lo Scott Pilgrim, dicho sea de paso.

 

Sacred Citadel 2

 

Pena me da que hasta el remake de un beat’em up tan maravilloso como era el Turtles in Time de Konami se quedara en agua de borrajas, con un monótono e insípido lavado de cara que huía, pad en mano, de cualquier atisbo de diversión. Con todo, servidor confía en los desarrolladores de Sacred Citadel, puesto que sus referencias son bastante buenas. No en vano, son los programadores de títulos como Ilomilo, R-Type Dimensions o aquel notable y olvidado Deathrow lanzado para la primera Xbox. Por lo menos tienen el beneplácito de la duda, que no es poco.

 


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