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La paz, la reflexión y la sensación de hogar que da salvar la partida en un punto de guardado es una maravilla

Descansando en el punto brillante
Por Adrián Suárez Mouriño

Guardar la partida y salvar nuestro progreso en un videojuego da todo el gustito del mundo. Es un bálsamo, desestresa y relaja. En alguno casos, es hasta un puente que comunica dos realidades: la del videojuego y la nuestra, pues ponemos en una cajita a buen recaudo nuestro progreso y apagamos la consola, volviendo al título a través del mismo sitio en el que lo abandonamos días después. Por eso, los puntos de guardado son un espacio mágico que se merecen toda nuestra atención.

 

Alternando con Kingdom Hearts III, he vuelto a Undertale aprovechando su lanzamiento en Switch. No os voy a descubrir nada nuevo si os digo que el juego de Toby Fox aprovecha cada regla preconcebida del videojuego para algo, recodificándola para ubicar ahí un mensaje. Una cosa que me ha gustado mucho del título, y que sigo adorando al rejugarlo, es que Undertale te explica por qué estás guardando ahí la partida y no en otro sitio.

 

Cuando te acercas al punto brillante que se encuentra en el mapa preparado para tal fin, y lo tocas, se imprimen un par de párrafos que te explican que el momento dibujado por los píxeles de Undertale, y que ves en ese instante, se convertirá en un recuerdo imborrable; es decir, lo grabas en tu mente. Por ejemplo: la contemplación de la ambición de un ratón que quiere comerse un queso se te queda almacenada para siempre en el banco de tu memoria.

 

 

Undertale tiene un potente mensaje detrás y emplea sus puntos de guardado para reforzarlos. Nos hace pensar que algo trivial es, en realidad, importante. Vale, un ratón que quiere devorar un queso es trivial, pero no su dedicación. Es una forma muy interesante de emplear estos momentos así, pues los convierte en un símbolo de algo más.

 

Volviendo a Kingdom Hearts III; por supuesto, el título de Square Enix no tiene esta delicadeza en sus puntos de guardado; tampoco la busca. Sin embargo, sí que es placentero ver cuando Square Enix coloca uno en el garaje de unos buenos amigos o en una isla en la que descansamos. Así, se usa el punto de guardado para hablar de hogar; se recodifica ese sitio con este elemento para que lo sea. La parte negativa de encontrar juegos como Undertale, tan exquisitos a la hora de plantear sus puntos de guardado, es que cuanto te encuentras el habitual lugar de salvado previo a un boss, puesto ‘ahí’ por pura practicidad, le pides que te cuente algo, que sirva como hogar o que tenga un propósito simbólico en el juego. Pero no tiene ese afán, y decepciona.

 

Por supuesto, no se le puede pedir a Kingdom Hearts III que tenga la sensibilidad de Undertale, pero es lo malo de disfrutar de estos indies, que luego es imposible que la idea no te pase por la cabeza cuando juegas a los AAA.


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