La nueva Poppy sí nos gusta

 

Con la llegada de la Sacerdotisa del Kraken a la Grieta del Invocador, di paso a un pequeño problema que arrastra League of Legends con respecto a sus personajes. Demasiados es, a veces, un buen reclamo para atraer a todo tipo de jugadores, pero también puede llevar a un desequilibrio en diferentes niveles de juego. Además de dar la bienvenida a Illaoi, un campeón muy prometedor para la calle superior y como tanque principalmente, os hablaba de otro que ya lleva bastantes años en el equipo y que necesitaba un cambio. El cambio se ha dado (más bien se ha hecho público) poco después del artículo anteriormente enlazado, pero no dejo de sospechar que Rito me observa.

 

Dejemos mi lado fanático de las conspiraciones a un lado, valga la redundancia, y centrémonos en el cambio del personaje en cuestión. ¡Qué digo cambio! Una operación quirúrgica es lo que le han hecho a la buena de Poppy – si bien cambiarle el nombre era pedir demasiado –, la yordle del martillo. Evolución, cuanto menos, lo que se aprecia, no sólo en el campeón, sino en el equipo de Riot al llevar a cabo este acto tan esperado.

 

Poppy es uno de los campeones iniciales del juego, y lleva en la Grieta del Invocador desde agosto de 2010. Con un coste de 450 PI/260 RP, se trata de uno de los personajes más rotos del juegos. Para el que no entienda mucho el término “roto”, viene a ser lo mismo que “op”: overpower/overpowered. Vamos, que como alguien que sepa jugarla se la pille en ranked, estás muy jodido. Sin embargo, a pesar de ser uno de los bichos más potentes del juego Poppy ha sido, también, la menos valorada, una auténtica marginada en todos los sentidos. ¿Por qué? Uy... Por su aspecto físico.

 

Algunos campeones han conservado hasta hacer relativamente poco su antiguo Splash Art – esa imagen estática que sale cuando elegimos al campeón, sí – por uno más moderno y de mayor calidad, si bien hay otros que siguen con la primera ilustración que se sacó de ellos y dan pena. Por ejemplo, Irelia, que es uno de los personajes que más uso, tiene unos Splash Arts muy chulos para sus skins, pero el clásico da pena. Mucha pena. A Poppy le pasaba algo muy parecido a lo que le pasa Irelia, pero la guerrera de Ionia no era tan fea. Sí, Poppy, lo siento, pero eras muy fea.

 

Parece una tontería, y más teniendo en cuenta que hay muchos personajes que no nos son atractivos de ninguna manera, pero Poppy es un yordle, y estamos acostumbrados a que la mayoría de ellos sean adorables. No es tanto que Poppy no fuera bonita, como que no era... agradable para la vista. Por no hablar de su skin Poppyruleta (Lollypoppy), que ha sido memeada – qué raro suena eso - a más no poder y da hasta ébola nada más verla. La joven del martillo gigante veía a los demás cambiar, no una, sino dos o tres veces de Splash Art, y ella seguía igual. ¿Estaba Riot ignorándola y dejándola caer en el olvido? ¿Formaba parte de un plan malvado de Rito para conseguir atraer a fanáticos de la fealdad? Quién sabe.

 

No obstante, dejemos el rollo superficial a un lado, porque no es lo único de Poppy que debía cambiar. Como os he comentado, ha sido siempre un personaje muy potente, quizás demasiado en comparación con otros. Su ultimate, Inmunidad Diplomática, le permitía seleccionar a un campeón para que fuera el único que pudiera herirla durante un determinado periodo de tiempo. Tan fácil como seleccionar al support y matar al carry, al jungla, al top y al mid mientras el pobre support sólo le hace cosquillas. De risa, vamos. Por suerte para aquellos que no sabíamos jugarla muy bien y sólo podíamos sufrirla en el equipo contrario (o en el nuestro, pero con una Poppy noob que acababa 3-42 al minuto 15), Riot no sólo ha decidido cambiarla por fuera, sino por dentro.

 

La verdad es que el cambio de Poppy ha sido el más importante de las últimas temporadas, por encima incluso del de Sion, ya que se ha sido un cambio desde la base. Ha sido más como meter un personaje nuevo con el nombre y el concepto de Poppy. Sí, sus nuevas habilidades también parecen estar bastante rotas, así que mejor vamos a ver cuánto ha evolucionado, y ya luego hablamos.

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