La nube, lo más fuerte y menos comentado de Xbox One

Dos semanas después del E3 todavía quedan muchos frentes abiertos y muchas dudas que responder, sobre todo con respecto a las nuevas consolas que siguen cambiando poco a poco sus políticas tras los anuncios iniciales. En concreto, Xbox One es la culpable de muchas de estas dudas que poco a poco tendrán que ir desvelando los desarrolladores que hagan uso de las nuevas características de la consola para que el jugador sea capaz de comprender mejor el producto que comprará (o no).

Los creadores de Titanfall arrojaban luz en Eurogamer sobre uno de los asuntos que hasta ahora parecían más absurdos pero que en realidad apuntan a ser una de las mayores revoluciones que ofrecerá Xbox One: la famosa nube.

Hace escasos días salía a la luz la noticia de que Microsoft invertiría nada menos que 700 millones de dólares en servidores y muchos nos quedábamos igual que estábamos. ¿Para qué tanto? ¿Con qué fin? La nube hasta ahora nos parecía una tontería, un gadget más que poder utilizar a conveniencia para ahorrarnos espacio guardando allí datos de partidas y pudiendo transferir esos datos de un aparato a otro. Es muy buena idea, sí, pero ¿por qué tanto bombo ahora a la nube?

Gracias a esta famosa nube y a este concepto que han tenido que venir a explicarnos desde fuera de Microsoft, vemos con otros ojos esa gran cantidad de juegos con mundos abiertos persistentes online que están aflorando. Destiny, The Division o este Titanfall cobran sentido como juegos exclusivamente online teniendo en cuenta un entorno en el que el Matchmaking es realmente eficiente y no hay un host que parte con una ventaja que perjudica al resto de los jugadores con lag y otros problemas habituales de las partidas en línea.

Esta famosa nube de Microsoft, una tecnología llamada Azure, está dispuesta a soportar el lanzamiento de Xbox One con 300.000 servidores dedicados para evitar que los entornos online que saldrán a la luz en ese momento se colapsen como ocurrió con famosos casos como Diablo III o SimCity, y Respawn podrá utilizar esta tecnología Azure con Titanfall, lo que significa servidores dedicados para Xbox One, Xbox 360 y PC.

Pero la nube es mucho más que servidores dedicados. La nube también es la tecnología responsable de que Forza 5 sea capaz de estudiar el estilo de conducción de cada jugador y proporcionarle una IA que se comporta como él lo haría, algo completamente diferente a lo que Titanfall pretende hacer con la famosa nube.

Por otro lado, veremos lo que tarda Microsoft en cortar las alas de todos estos títulos que trabajen en la nube cuando haya que abrir espacio para más novedades. Aún quedan muchas explicaciones y muchas aplicaciones para esta nube, pero por el momento, parece una característica mucho más prometedora que la casi obligación a utilizar comandos de voz vía el nuevo Kinect.