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La novedad de sacar otro Assassin´s Creed

Vamos aprendiendo
Por Álex Pareja

Y acabamos el año con el rumor de dos nuevos Assassin´s Creed en 2014... ¿En serio? ¿Por qué esta noticia, en lugar de hacerme pensar en horas de diversión, continúa dándome escalofríos? Es una sensación terrible para un amante de la saga mirar con miedo cualquier atisbo de continuidad de la misma. Porque seamos sinceros, Assassin's Creed III resultó ser un palo y con esto de los barcos, las aventuras de Edward Kenway, la cosa ha levantado en diversión, y punto.


Hace poco escribí acerca del curso de la franquicia de Ubisoft y muchos estabais de acuerdo en que disftutasteis la historia de Ezio, Altair y los comienzos de Desmond. La cosa acabó un tanto insípida y la prueba que se ha hecho con Black Flag me parece bien para dar pie a algo nuevo -con otro nombre, se entiende. Pero no, aún podemos exprimir un poco más el invento. Muchos nos encontramos jugando más por cariño y un buen recuerdo que porque realmente esperemos algo de estos asesinos. Ni siquiera queremos que tenga cualquier similitud con lo visto hasta ahora.


¿No preferís en un futuro próximo pensar "qué bien estuvo aquella saga"? Quizá sea anticiparse demasiado. Puede que la compañía haya dado con la clave de resucitar todo ese fanatismo que muchos llegamos a sentir, saltando de tejados y buscando el destino de la humanidad. Sinceramente, no lo creo. Me escucharéis y me habréis escuchado decir en el podcast lo feliz que me hace cada entrega pero, tras preguntar a los usuarios y recibir negativas, continuar la historia no tiene demasiado sentido. Assassin's Creed no volverá a ser el que era. No volveremos a devanarnos los sesos pensando en para qué es el fruto o cuál es el destino de nuestro héroe. No nos importa, lo único que hacemos es correr mecánicamente en busca de nuestro objetivo o plantear nuestra estrategia en una batalla naval -ojo que esto tiene su encanto.

 

 

¿Y cuál es el problema ahora? Seguramente que la idea de meternos en la piel de un pirata, sin un credo al que seguir y al que la presencia de templarios o la hermandad le importa un pito, ha sido generada para dar tirón a algo que debía haber  quedado atrás. Y ahora podremos encontrar numerosas materias grises pensando que ha salido bien y que no se puede cambiar de nombre. De esta forma imaginemos que mañana a algún tipo listo se le ocurre que los Cyborgs están de moda y nos encontramos saltando entre tejados futuristas, con la capucha y las hojas ocultas. Parece que todo vale con tal de no desaprovechar la oportunidad.

 

Puede que se esté esperando a que Watch Dogs tenga éxito y aguantar otro puñado de años utilizando las mismas mecánicas -aunque queden obsoletas- y enlazando una historia más por quién es hijo de quién que por un argumento lógico y sólido. Centrémonos en qué queremos crear y, cuando sintamos en nuestras grasientas carnes que todo está acabado, debemos dejar que siga o que tenga un final digno y sano.

 

Realmente es una pena que pueda tener más peso el nombre de un juego o saga que la idea que lo dio a luz. Hemos visto y vivido esa sensación de exprimir un título hasta agotar su jugo y ver cómo ese amor por parte de los jugadores es utilizado para alargar lo inalargable. Simplemente, demandemos ideas, originales e intensas que nos llamen a soltar los 70 € que se nos piden -que no son pocos- y nos permitan decir bien alto que jugamos al juego "tal" o "pascual".


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