La Madrid Games Week vista desde fuera

El catarro de elefante que he tenido esta última semana y que solo he podido quitarme de encima guardando cama durante el fin de semana – vivo al límite, ya lo veis – me ha impedido asistir a la Madrid Games Week 2015. Por fortuna, he podido seguir en Twitter lo que la gente ha ido haciendo y lo que se iba comentando sobre la feria y, la verdad, creo que me he hecho una buena imagen de lo que ha sido el evento, así que desde aquí voy a comentarlo.

 

En primer lugar, parece que hay cosas que no van a cambiar jamás, da igual le edición. Las colas para entrar en la nave correspondiente del IFEMA han vuelto a ser infernales, algo que a los profesionales del asunto no les ha hecho especial gracia porque más de un guarda no se enteraba de que prensa y desarrolladores deberían poder entrar sin esperar. Dentro la cosa no era mejor, porque para jugar a cualquier chuminada siempre había que esperar un montonazo. En fin, lo normal en estos eventos. 

 

Luego está el tema del olor, que parece que tampoco ha cambiado. Sería bonito que la gente se duchara, por variar, o que se mirara esos problemas que tienen con el sudor y por qué les huele tan jodidamente fuerte. Al parecer, había espacios cerrados donde era un suplicio entrar si antes o a la vez había entrado cierta gente poco cuidadosa con su higiene personal. Luego que si hay complejos en torno al mundo de los videojuegos y que si nos tratan de tal o cual manera...

 

 

 

Sobre los expositores no he oído mayor queja, no sé si porque esta vez ha estado bien organizado o si, lo más probable, estos señores se esfuerzan tanto por hacer bien su trabajo y por vender sus juegos retro o sus accesorios personalizados que no molestan a nadie y pasan desapercibidos. Imagino que los precios han seguido siendo altos, como siempre lo son, pero eso es harina de otro costal. 

 

De lo que sí he oído hablar bastante es de la realidad virtual. Por lo visto, probar el Oculus Rift, el único que había, costaba dos euros por personas, algo bastante risas porque me imagino a un señor que tiene un develper kit del año de la pera y que se lo ha llevado a la feria para rentabilizarlo aún más. Al menos, la PlayStation VR, antes conocida como Project Morpheus, parece haber encandilado y flipado a todo el mundo. Nuestra Kysu Pato tiene algo que decir al respecto.

 

 

Sobre concursos y emisiones en directo tampoco he oído gran cosa, quizá porque gran parte de mi TL desprecia profundamente a los youtubers y a los eSports. Estoy seguro de que la gente que asistió a ver a las celebrities del momento y a los diferentes torneillos organizados y emitidos por Twitch se lo pasó mejor que los que estuvieron haciendo cola para probar juegos que se han lanzado o están a punto de lanzarse. Oh, ¿y sabéis que nuestro Dayo ayudó a que un lector de Mundogamers ganara el torneo de Rocket League de PlayStation? Se llevó una PS4 20 Aniversario por su hazaña. Ojalá Sony hubiera escrito bien nuestro nombre en el torneo, eso sí.

 

Así que desde mi punto de vista extranjero a la feria, solo puedo decir que todo parece igual que hace un año y que hace tres o cuatro, cuando esto se llamaba Gamefest y la implicación de Game en todo el asunto era aún más evidente que ahora. Tan evidente como la ausencia de Microsoft, que no ha querido pagar por su hueco en la feria y ha montado la suya propia para noviembre. No sé si con casinos y furcias, pero en sus oficinas, donde es bien baratito. Todo muy esperpéntico y gracioso, la verdad.

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