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La LVP y los requisitos mínimos

Un poco de polémica
Por Kysucuac

Que League of Legends es como el fútbol ya lo sabemos todos. Que también lo es cuando hablamos de movidas chungas, salsa rosa y ese tipo de cosas, ya lo teníamos en cuenta. Cuando en un videojuego, a nivel profesional, encuentras ya a personas medianamente famosas, creas una marca, como se ha creado con Huni (si bien desde que el coreano no está en Fnatic ha decaído un poquito como uno de los jugadores más queridos, pero no pasa nada, sigue siendo adorable) o con Faker.

 

Aunque en España todavía nos queda mucho por caminar para alcanzar el nivel profesional de otros países, como Alemania o Corea, ya tenemos una buena materia prima. No sólo hablo de la calidad de los jugadores españoles, sino de las marcas de eSports que tenemos a nuestra disposición: La ESL y la que protagoniza nuestra polémica de hoy: La Liga de Videojuegos Profesional, la LVP. Bueno, polémica lo que se dice polémica... Más bien ha sido una disparidad de opiniones algo intensa, más que polémica, con el inicio de la décima temporada de la División de Honor.

 

Para el que no esté muy puesto en el panorama competitivo español de League of Legends, digamos que la LVP es la “cantera” de la Challenger Series. Y la Challenger Series viene a ser la Segunda División, mientras que la LCS es la Primera. En otras palabras, todo equipo que juegue en la División de Honor puede llegar a ser un equipo de la LCS. Sí, como en el caso de Giants. Desde luego, es un buen punto de partida para todo jugador que quiera hacerse un hueco en el mundo profesional, y siempre ha sido una buena cuna para ver nacer a buenos equipos. Algo ha cambiado en esta última temporada que parece poder cargarse esta “tierra de las oportunidades”.

 

¿Por dónde empezamos? Como en League of Legends, un inicio de temporada significa para la LVP cambios en las reglas del juego. Nosotros, a un nivel inferior y siendo jugadores más casuales, apenas nos damos cuenta. Pero aquellos que ya luchan por un hueco en la División de Honor se han dado cuenta de que la marca de eSports se ha vuelto algo severa y ha dejado el buenrollismo a un lado. Aparentemente, claro. Y es que lo que ha pasado es, básicamente, que la LVP se ha puesto seria con los equipos profesionales en España.

 

La principal limitación que se ha impuesto ahora en la Liga de Videojuegos Profesional es meramente económica. Esto no sería nada del otro mundo si no fuera porque, precisamente en nuestro país, la cosa está jodida a nivel económico. Exigir unos requisitos mínimos a nivel económico a cualquier equipo español puede ser una crueldad, teniendo en cuenta que no es nada fácil conseguir ese tipo de estabilidad. Los patrocinadores son algo de otros países, no nuestro, y cuesta que cualquier equipo tenga solvencia. El resultado ha sido: De diez equipos profesionales de la División de Honor, cuatro han tenido que abandonar su sueño por no cumplir con estos nuevos mínimos.

 

Aunque hay que tener en cuenta que tanto la LVP como la propia compañía de League of Legends, Riot, ayudan económicamente a sus jugadores profesionales, es lógico que cualquier club deba tener un mínimo que asegure una remuneración adecuada para cada uno de los miembros del roster. ¿Por qué ha sido criticada, entonces, la decisión? Sobre todo por los equipos que se han quedado atrás y porque la gente no está muy segura de que aquellos que pasan a sustituirlos estén en un lugar que merecen. Ya sabéis, lo de siempre. Como pasa en el fútbol.

 

No obstante, hay más. Los responsables de estos equipos (hay un vídeo en Youtube con un coach "metiendo mierda", como dicen algunos) se quejan de un comportamiento inadecuado por parte de la compañía catalana, señalando, además, falta de transparencia en lo que a la organización y su gestión se refiere. La LVP se ha defendido asegurando que con estas nuevas medidas buscan “profesionalizar y estabilizar la escena de los eSports en España”. No dejo de sentir pena por esos jugadores que han tenido que decir adiós ante estos cambios, ya que la LVP es una muy pequeña posibilidad, pero también es la única en nuestro país, de llegar hasta donde esperan los más grandes. Mientras todo se aclara, la gente se queja y la LVP hace lo que cree adecuado, sólo nos queda desearles suerte a los que se están partiendo la cara cada día para cumplir su sueño, estén dentro de la División de Honor, o les hayan dado una patada en el trasero. 


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