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La lucha entre el tiempo y el dinero

¿Nos ayudan los videojuegos en nuestro día a día?
Por Rafa del Río

¿Sabéis? En los últimos artículos y podcast hemos comentado acerca de la duración de los juegos, siempre desde un punto de vista de rentabilidad. Siempre nos quejamos de que los juegos son caros y que 60 € no caen del cielo, pero hay momentos en los que nos paramos a pensar y tratamos de equilibrar la balanza. Y es que hay juegos que los acabamos en 10 horas y otros que, costando lo mismo, nos duran 70. Y claro, uno no puede evitar hacer una regla de 3 y calcular a cuanto le sale la hora. Pero volvámonos más puristas y añadamos un factor calidad. Ahora si que rizamos el rizo. 

 

Entonces pensemos en cuando comentamos hacerca de títulos grandes como GTA V, Skyrim o Dark Souls. Son juegos largos y de cierta calidad por los que rascarse el bolsillo parece importar menos. Luego encontramos otros que, evidentemente, tienen un periodo de vida longevo. Son casos como FIFA, Battlefield o Call of Duty. Son juegos que, gracias a su modo multijugador son capaces de tenernos enganchados todo un año. Por estos juegos no parece costarnos pagar la suma. En cierto modo 60 € por más de 60 u 80 horas de juego nos sale igual que un par de cervezas en el bar de abajo.

 

 

En cambio tenemos otros juegos -con frecuencia ocurre en territorio Indie- de escasa duración pero que su precio es tan razonable que no podemos permitirnos no añadirlos a nuestra biblioteca. Juegos como The Stanley Parable, u otros menos indies  como ICO o Portal que son sello de calidad. Son de corta duración, bajo coste -al menos pasado un tiempo- y acaban transmitiéndonos una sensación gratificante. Con ICO sentimos la fragilidad y la soledad, con portal afrontamos un auténtico desafio a nuestra astucia y el reciente remake de The Stanley Parable desafió nuestro estilo de vida, tal y como lo conocemos.

 

Sin embargo, ese reproche que todos hacemos del coste de estas fuentes de entretenimiento iría más contra esos juegos que por unas causas u otras, acabamos dejando en la estantería con un sabor agridulce. Bien porque no estuvo bien medida la duración para contar la historia o porque sencillamente no consiguió engancharnos en prácticamente ningún momento. Y ahí hemos visto a Ken Levine, defendiendo la duración del DLC de Bioshock Infinite, Panteón Marino. Sí, es posible que sólo dure 2 horas -quizá algo más- pero apliquemos esa fórmula a este paquetito adicional. El precio es cuestionable pero se nos ofrece comprarlo en un pase de temporada que equilibra bastante. Además, si habéis visto o leído algo sobre él, su factor calidad es un punto a favor. De esta forma sabemos que el precio, en muchos casos, es desorbitado. Pero también tenemos presente que hay algunos juegos por los que vamos a la tienda lanzando billetes contra el mostrador porque sabemos lo que nos trae de la mano.


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