La libertad controlada se amplía en The Escapists 2
The Escapists es uno de aquellos éxitos que funcionan por puro planteamiento. Escapar de una prisión, vulnerar su seguridad y sentirse más inteligente que el resto siempre es una premisa que ha funcionado en la literatura y el cine; es lógico que ocurra lo mismo si finalmente podemos hacerlo nosotros. Pero el primer juego era humilde, nacía de un Kickstarter financiado con menos de ocho mil euros y lo hacía con un apartado visual hecho para cumplir, no para destacar.
La cosa funcionó tan bien que hasta asistimos a un spin-off que adaptaba el universo The Walking Dead, una prueba de que el juego funcionó al poder codearse con estas licencias. Tras más de un millón de copias en Steam, dos años después Mouldy Toof viene con una secuela continuista que viene a hacer las cosas mejor que el juego original y parece que lo consigue.
Durante la beta hemos podido probar dos prisiones del total de diez que llegarán con el juego, algo que suponemos que volverá a ampliarse con pequeños packs como el de Alcatraz, del título original. Las sensaciones son buenas ya desde el diseño artístico, con un pixel art mucho más elaborado, una paleta de colores más rica y un editor que, sin ser algo loco, ya nos permite darle un toque más personal a nuestro preso. Pero la clave sigue estando en las opciones.
Como un Hitman en el que nos toca escapar en lugar de infiltrarnos, en The Escapists 2 la rutina cíclica está justificada. Es una cárcel, la repetición forma parte de la seguridad y encontrar sus brechas es nuestro objetivo. Agujerear la pared, hacer un túnel, vestirse de policía, fingir tu muerte, hacer copias de las llaves… el abanico de opciones es tremendo y sigue abrumando a las primeras horas, donde lo básico seguirá siendo seguir las actividades que marca el reloj mientras vas ganando dinero y recogiendo objetos. Escapar es un plan a largo plazo.
Las grandes diferencias en esta secuela las encontramos en un sistema de combate más elaborado con defensas, combos y ataques cargados, y especialmente con el cooperativo. Podremos jugar tanto en línea como en local, solventando la gran cuenta pendiente del primer juego. ¿Es suficiente todo para justificar la secuela? Por ahora sí, aunque todavía es pronto para decir que la misma será otro gran juego, pero apunta maneras.
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