La lentitud de las consolas no favorece un mercado digital

Hace un tiempo que la comunidad de jugadores parece haberse adaptado a los nuevos mercados digitales. A nadie extraña que existan usuarios que no compren títulos en formato físico, e incluso es muy probable que todos los que me estéis leyendo ahora mismo os hayáis hecho en algún momento con alguno digital (por no hablar de Steam y demás plataformas si jugáis en PC). Sigue siendo romántico acercarse hasta la tienda y disfrutar de la caja y del CD del juego (porque es lo único que incluye y a veces ni eso), pero ya no convivimos con los debates asiduos de hace unos años sobre el tema. 

Sin embargo, las consolas parecen evitar este buen momento digital. Hablo por hechos como los que hemos tenido que vivir esta misma semana con FIFA 17, uno de los títulos más importantes del año a nivel de ventas, que esta vez muchos han decidido adquirir en formato digital por su propia concepción de título anual al que recurrir muchas veces (es más cómodo tenerlo instalado en la consola que tener que estar introduciendo el disco cada dos por tres durante todo un año), pero nos damos de bruces con la realidad cuando comprobamos que esa inmediatez se ve empañada por el largo tiempo de espera de su instalación. De hecho, las personas que realizaron ese proceso romántico de compra del juego en formato físico pudieron jugar a esta nueva entrega antes que los demás, que se aburrieron de ver la barra de progreso de la descarga.

Ocurrió tanto en PS4 como en Xbox One: las predescargas y descargas de FIFA 17 tardaban demasiado tiempo en completarse. Ya no solo porque el juego requiere mucho espacio (más de 30 GB en ambas plataformas, aproximadamente) sino porque de por sí las consolas parecen ralentizar el proceso más de lo que debería. No estoy seguro de por qué ocurre ni sé los motivos técnicos, pero creo que todos podemos estar de acuerdo en ello: por alguna razón, descargar juegos, aplicaciones o parches desde la consola siempre requiere un tiempo excesivo si lo comparamos con la velocidad habitual de descarga que solemos experimentar con nuestra línea de internet.

Este tipo de hechos no favorecen ese mercado digital que los usuarios ya están aceptando. Imagino que ahora mismo existen muchos jugadores que decidieron comprar FIFA 17 en formato digital por primera vez y todavía no han podido jugar por este largo proceso de descarga. Tampoco sé muy bien cuál sería una manera eficaz de conseguir solucionar este hecho, pero supongo que mejorar las conexiones de las plataformas para que aprovechen todo nuestro ancho de banda sería lo mejor. Además, añadamos otra característica a la lista de promesas incumplidas de esta generación: se acabaron las descargas y esperar, ahora podremos jugar mientras los juegos realizan sus instalaciones a la vez en segundo plano. Ya lo veo.