1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. PS4

La ira de los dragones estará presente en Sekiro en forma de enfermedad inmortal

Quedan 7 días
Por Adrián Suárez Mouriño

Como ocurre con la obra de Lovecraft, la de Hidetaka Miyazaki también está impregnada de un profundo miedo a la muerte. Sus personajes se afanan en huir de ella y del olvido, que es otro tipo de muerte. La maldición del Hueco no es más que una enfermedad degenerativa que conduce a la perdida de la vida. Este concepto también estará presente en Sekiro.

 

Nuestro ninja tiene una suerte de magia corriendo por sus venas que le permite resucitar. Si alimenta su katana de la sangre de los enemigos conseguirá una oportunidad para resucitar, a la que se le sumará otra obtenida cada vez que rezamos en los puntos de descanso. Cuando somos asesinados podemos reaparecer, por lo tanto, una o dos veces. Pero hay un problema: cuanto más resucitemos, más haremos que una enfermedad llamada Dragonrot se expanda.

 

El efecto que produce en el mundo, al parecer, es algo similar a hacer arder un ascua de la adversidad en Dark Souls 2: los enemigos se volverán más duros. Por el contrario, también debilita y marchita la vida de los humanos que comparten nuestro viaje. En el origen de la palabra que describe esta enfermedad: ‘Dragonrot’, encontramos un término familiar en la obra de Miyazaki: el Dragón. Esta criatura es el único ser puramente bueno de su mitología particular. Estos lagartos ponen la otra mejilla cuando Gwyn los ataca, refugiándose los últimos de su especie en un pico liderado por el hijo de este en Dark Souls 3.

 

 

Sin embargo, y a tenor de esta nueva maldición, es como si en Sekiro esos dragones se hubieran hartado del hombre, o como si Miyazaki hubiera ideado el castigo que sus seres alados sí inflingirían en el ser humano. La maldición del no muerto castiga al individuo que la padece, Dragonrot daña a los que rodean a este individuo.

 

En esencia, es como si los dragones quisieran mostrarle a la persona lo terrible que es él para su entorno. El hombre es malo para sus semejantes y alimenta el odio de sus enemigos. Está mejor muerto, pues si volvemos a la vida, esta enfermedad se endurece.

 

Tomad este artículo como un punto de partida para explicar esta peculiaridad. Todo lo que sabemos de ella es a través de lo que se ha visto en gameplays y partidas de comienzo de juego, pero no me diréis que la idea no es fascinante. ¿Si resucitamos mucho por perder ante los bosses morirán nuestros amigos? ¿Será eso lo que determine si llegamos a un final o a otro en Sekiro?


<< Anterior Siguiente >>