La ilusión de tomar el control
Es posible que a muchos os ocurra como a mí y esperéis adentraros en el mundo de Quantum Break. Más aún si tenemos en cuenta las recientes declaraciones de Remedy sobre que podremos encarnar al malo y realizar ciertas acciones que nos permitan observar las consecuencias de nuestros actos. Y no es que esto sea algo nuevo de ahora que esta desarrolladora se haya inventado. Otros nos han introducido en esta dinámica antes como punto clave en sus títulos.
Algunos de ellos, como Mass Effect, Heavy Rain, The Witcher 2 o incluso The Walking Dead, nos han transmitido esa sensación de que el futuro de la historia estaba de alguna forma en nuestras manos. Pero en realidad sabemos que es una ilusión, que tarde o temprano aquellos caminos que tomamos con cada decisión, vuelven a unificarse. En realidad es el cómo consiguen generarnos esa impresión de control. La tensión de decidir quién vive y quién muere o el lugar hacia el que ir. Hay algunos casos en que estas acciones por nuestra parte presentan un impacto desde el principio. Tal y como ocurre con The Witcher 2 o, de una forma más difuminada por la grandeza de su mundo, en Fallout 3. En ambos casos una decisión cambia el curso de lo que vivimos. De hecho elegimos la parte del mundo por la que nos moveremos, descartando la otra.
Y es que seguimos dejándonos llevar por esta tendencia, porque es un paso más para sentirnos el auténtico protagonista. Reaccionar de forma libre ante una situación y afrontar las consecuencias que conlleva. De forma que muchos se suben al carro y piensan en incluir esta característica a sus juegos y llegan a convertirse en todo unos maestros del ilusionismo. Cuando llegamos al final e la aventura y la alarma salta en nuestro interior con el pensamiento "Un momento, si hubiera elegido otra cosa ¿habría ocurrido lo mismo?". Y en algunos casos nos queda claro que no, más si cabe con la ambigüedad de la conclusión. O, como ocurre en la aventura de TellTale, la trama nos va conduciendo casi sin que nos demos cuenta para llegar al mismo lugar.
Pero no se trata de mirar de reojo a nadie y enjuiciar si van a volver a quedarse a medias con esas expectativas. El caso es que mirando atrás, hemos disfrutado con cada situación vivida, desde aquel Blade Runner y sus múltiples finales -eso eran elecciones- hasta Beyond. Aún así puede que sea el momento de darle una vuelta al asunto. Sería una buena ocasión de que las desarrolladoras nos cediesen la posibilidad de un giro de 180º. Tomar una elección y que nuestra historia tome un rumbo totalmente distinto. Veremos qué son capaces de ofrecer en esta nueva generación. Tal vez empecemos por encontrar algo en Quantum Break.
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