La historia de los tres becarios: La vida de un indie

Madrid Gaming Experience ha sido todo un descubrimiento. No como evento, pues no ha distado mucho de la última edición de la Games Week en la capital, sino como manera de conocer juegos nuevos que no están tan lejos como imaginábamos. Hablo, cómo no, de los estudios indies y de algunas pequeñas obras maestras que descubrí paseando por los pabellones 12 y 14 del Ifema.

 

El tiempo que llevo dedicándome al periodismo en videojuegos, me ha permitido conocer a personas maravillosas con grandes ideas. Lamentablemente, muchos de ellos se han venido abajo por no tener los medios necesarios para hacer de un simple sueño una realidad. Esos sueños rotos siempre se han visto aplastados por la falta de presupuesto y por no recibir el apoyo de nadie.

 

Es una situación triste que, por desgracia, en nuestro país pasa muy a menudo. La falta de un Gobierno que apoye el desarrollo de los videojuegos nacionales es clave, pero hay algo más. Primero, los propios periodistas y jugadores españoles consideramos que todo aquello que se realiza en España, es de una calidad inferior.

 

Con un panorama tan desolador, un estudio independiente debe hacer frente a demasiados demonios, y es algo tristemente normal que acabe sucumbiendo y siendo engullido por las sombras. Hoy, quiero arrojar una tenue luz de esperanza para aquellos que tienen miedo. Que no os quiten las ganas, muchachos.

 

 

El vídeo que he puesto justo arriba es la historia de cómo se puede no tener nada y llegar a tenerlo todo. Es el relato de los tres primeros becarios de Riot Games, la compañía detrás de League of Legends. Estos señores nos relatan su experiencia, cómo llegaron a hacer prácticas en una oficina que olía a humedad y para un juego que tenía toda la pinta de convertirse en un fracaso absoluto. Una se pone a ver el vídeo y se le dibuja como una sonrisilla.

 

Es muy bonito ver cómo una empresa cualquiera acaba siendo el dueño y señor del videojuego más jugado del planeta Tierra. Que igual en Marte se juega más al Dota 2, quién sabe. A lo que me vengo a referir es a que Riot es un gran ejemplo de que se pueden hacer grandes cosas partiendo de la nada.

 

Sí, es bastante probable que, una vez empieces con tu proyecto, te des cuenta de que el mundo está en tu contra. Todos te odian, hasta tú. Y encima el coworking está lleno de gilis. Pero hay más dificultades, y es que el presupuesto manda. Por ello hay que organizarse bien y marcar un objetivo exacto a la hora de entrar en páginas como Kickstarter.

 

Echando un vistazo al vídeo de Riot, te das cuenta de que no es tan complicado. Bueno, a ver, sí. Pero hay que saber hacer frente a todos los problemas conforme van saliendo para que no se forme una enorme e imparable bola de nieve. Lo mejor es rodearse de buenos amigos que compartan tu pasión y que estén dispuestos a trabajar gratis.

 

 

Yo siempre he sido contraria a eso de trabajar gratis, pero hay que saber diferenciar. Cuando una gran empresa te pide que seas su becario y curres de gratis porque no tienen pasta, se está riendo de ti. Cuando un indie acude a ti, lo que busca es tu colaboración. Quizás al principio no puedan pagarte, pero si todo sale bien, se acaba llegando a un acuerdo. Y si todo sale mal, al menos es una experiencia que te llevas.

 

En definitiva, que si eres un indie, lucha. Lucha por tus sueños, por lo que te gusta. Aunque para ello tengas que pedir favores a gente que no soportas o te toque conseguir ingresos con pequeños proyectos. Simplemente lucha. Y si te caes, vuelve a levantarte.

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