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La gente cada vez prefiere más la compra digital de videojuegos

Uno de cada tres usuarios evita el mercado físico
Por Raúl Rosso

Estoy estos días de mudanza. Pero no de una de estas en las que te vas con lo puesto, sino a lo grande, de las de llevar la vida a cuestas de un lugar a otro. Poseo un síndrome de Diógenes avanzado, amén de demasiados hobbies que me hacen acumular montañas de porquería, y es ahora cuando me pongo a mirar fijamente las titánicas estanterías que tengo llenas de videojuegos. Muchísimas cajas que hace unos años me ponían tierno y deseaba coleccionar para que lucieran a mi vera como diciendo “eh, todo este imperio de diversión es tuyo”, pero tarde o temprano a cada cerdo le llega su San Martín, y a cada viejo formato su desprecio.

 

Es un ciclo. Estanterías llenas de casetes o discos que devaluaron su carismática presencia tras instaurarse el formato y almacenamiento digital. A hacer puñetas todos estos años de minucioso y onanista coleccionismo. Lo mismo pasó con el VHS tras la llegada del DVD, y ahora estos últimos son los que sufren el mal del almacenamiento optimizado. Y yo maldigo todas estas oleadas de renovación porque le he perdido todo el respeto a la acumulación física de material audiovisual. Y no parezco ser el único.

 

La consultora NPD Group ha realizado un nuevo estudio sobre las preferencias del usuario en este ámbito, revelándose que uno de cada tres jugadores prefiere actualmente disfrutar y conservar sus juegos como descarga digital en vez en el instaurado formato físico, lo cual es un aumento del 10% con respecto a los resultados obtenido el año pasado. Tarde o temprano tenía que variar esta tendencia y convencer al público a base de ofertas irrechazables hasta el punto de instaurar el llamado “síndrome Steam” con el que compramos y acumulamos decenas de juegos en nuestra lista de compras digitales a sabiendas de que no llegaremos a jugar a la mayoría.

 

Coleccion de juegos 

 

Origin intentando hacerse un hueco en un PC donde Steam parte el bacalao, los sobrecargados bazares para smartphones App Store y Google Play en estado de gracia o las tiendas online de las consolas de sobremesa. Al final todos se han dado cuenta de lo efímero que resulta la acumulación de bienes materiales y la facilidad de distribución que conlleva la ausencia de estos menesteres. Lo que acecha permanentemente en las sombras es precisamente la irreal sensación de posesión, el hecho de estar supeditados a lo que dichas tiendas y compañías hagan con los productos que hemos adquirido. Un vacío legal que hasta ahora no nos ha dado demasiados problemas. Ahí está Steam con más de nueve años para demostrarnos que aunque el mercado cambie, el servicio se mantiene inamovible y eficaz.

 

Por mi parte, ahí estoy embalando cajas con juegos de distintas épocas para reubicarlos en un nuevo hogar. Sé que ellos estarán ahí siempre mientras disponga de una máquina funcional que los reproduzca y su estado de conservación lo permita. En cambio, los que deambulan por la nube no los tendré que cargar en el coche ni me supondrán esfuerzo alguno. Lo que ya no sé es si seguirán conmigo indefinidamente.


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