La fina línea que separa al juego de culto del juego cutre
Deadly Premonition me parece uno de los mejores juegos de la anterior generación. Está considerado por muchos como un "juego de culto", etiqueta que viene dada debido a los muchos palos que se llevó por parte de la mayoría de la prensa y de los golpes que le siguen cayendo por parte de muchos jugadores que tratan de entender la razón por la que gusta tanto, sin éxito. En este caso, estoy hablando de juegos que, a pesar de sus evidentes y enormes problemas técnicos y de otra índole, consiguen trasladar al jugador una muy buena experiencia gracias a otras características.
Pero claro, en este caso el jugador debe hacer un esfuerzo que entiendo que no todos quieren o pueden hacer. Con Deadly Premonition hay que aguantar unos cuantos minutos de sufrimiento inicial con su deficiente sistema de control y de combate, unido a su apartado técnico cutrón, para empezar a darse cuenta de que es mucho más profundo de lo que parece, y que la propia historia y la manera de narrárnosla es una experiencia increíble. Pero, como he comentado, el jugador debe hacer un esfuerzo y tener una cierta predisposición a obviar ciertos fallos para poder disfrutar de la obra.
Entiendo perfectamente que alguien no quiera disfrutar de Deadly Premonition por su apartado técnico desastroso, a pesar de que incluso quieran hacer ese esfuerzo inicial en tratar de entender la razón por la que enamora a ciertos jugadores. Y lo entiendo porque precisamente esta misma semana me ha ocurrido con otro juego que tiene unas características similares: un apartado técnico terrible y un sistema de control horripilante pero una atmósfera, una narrativa y una premisa bastante fuera de lo común. Hablo de Pathologic, que acaba de ser relanzado bajo el nombre de Pathologic Classic HD. Se trata de un juego de culto ruso que muchos jugadores ponen por las nubes.
Pero yo, a pesar del esfuerzo por volver a encontrarme con otro caso Deadly Premonition, no he podido con él. Incluso me parece, probablemente, el peor título que he jugado en muchísimo tiempo.
Por un lado tenemos su nula optimización en PC a pesar de tener un apartado gráfico muy limitado. Las caídas de frames son constantes y exageradas, además de los crasheos y multitud de otros problemas de carácter técnico. En ocasiones se hace injugable, pero creedme que traté de hacer el esfuerzo para intentar obviar todos esos problemas y tratar de caer rendido en esa atmósfera que a tantos otros ha conseguido cautivar a pesar de sus fallos. Pero no he sido capaz. Creo que esa fina línea que separa al juego de culto del juego cutre ha sido cruzada, al menos bajo mi punto de vista, con Pathologic.
Deadly Premonition por lo menos funcionaba bien. Tenía sus fallos y sus características extrañas que había que saber entender e incluso obviar para poder disfrutar de sus otros excelentes apartados, pero con Pathologic no ocurre exactamente lo mismo. No es un juego que esté bien hecho y sus fallos lastran la experiencia hasta el nivel de molestar. No poder andar con velocidad por un escenario bastante grande en el que no hay nada. Morir casi siempre en las batallas por culpa de su desastroso sistema de combate y de las bajadas de frames. Descubrir que si no guardas la partida y mueres debes empezar la partida desde el principio... Esta vez yo no he podido, al igual que mucha gente no pudo en su momento con Deadly Premonition a pesar de que yo lo defiendo con uñas y dientes.
Por eso hay que entender que cada jugador es un mundo y su nivel de aceptación a los grandes fallos técnicos es muy diferente. Pero eso también es muy bonito: descubrir que hay ciertos juegos que para muchos son de culto y para otros tantos son, simplemente, muy cutres.
<< Anterior Siguiente >>