La eterna batalla por un comienzo glorioso
Me gustaría preguntaros cuáles son los juegos que más esperáis para la nueva generación. ¿Qué os impulsa a cambiar de vuestra Xbox 360 o PlayStation 3 a las que se están enfriando de su hornada para esperarnos en las tiendas? Se nos llenan los ojos de partículas, efectos de luces y nos deleitamos con la promesa de llegar a una mayor resolución. ¡Pues claro que lo queremos! Si compro una consola nueva quiero llevarme ese impacto y verlo todo más bonito, más real.
Pero, dejemos a un lado todos esos factores tan atractivos para centrarnos en un aspecto diferente. ¿Os habéis dado cuenta del afán de algunas compañías por desbancar a la competencia con sus mismas armas? A veces nos oiréis decir tonterías acerca de que queremos juegos originales, con calidad argumental o con cambios en su jugabilidad que revolucione este entorno de ocio. A pesar de que todo el mundo parece estar de acuerdo vemos una práctica que, no solo suele atentar contra la originalidad, sino que pareciera que no va tan destinado a nosotros, los jugadores, como a ellos como empresa. Pero, qué obviedades ¿verdad?
Esto es un negocio por mucho que a algunos nos pese. Ahora que viene una nueva generación y volvemos a ver cómo las compañías se centran en una lucha por acabar con la competencia. Es entendible que deseen que sus títulos sean los más vendidos, pero eso parece estar yendo en contra de la creatividad y de la búsqueda de lo que uno es capaz de ofrecer. Es sorprendente como, con la llegada de PS4 y Xbox One, Microsoft y Sony recopilan lanzamientos similares a los que jugaron en favor de su rival.
Tomemos como ejemplo la saga God of War. Un héroe épico, caído en desgracia y sangre a borbotones. Eso podría traernos a la mente un Ryse: Son of Rome que viene calentito y con ansias de coronar el inicio de la generación. Por contra, recordaremos un Gears of War que nos mostraba tonos oscuros, un gran trabajo en físicas y una lucha contra una raza alienígena. Y claro, para esta ocasión, Sony también prepara un plato de ricos aromas, The Order: 1886. Para ello nos muestra un video que nos introduce en un Londres con decoraciones Steampunk y una lucha contra seres sobrenaturales. Sin demasiado detalle, pero la forma que han tenido de darlos a conocer ha sido una clara muestra de 'esto es lo que os espera'.
Es habitual ver a unos y otros compitiendo por llevarse el mayor trozo del pastel, pero ¿dónde queda el jugador? Ese al cuál intentas venderle el producto y lleva unos meses debatiéndose entre comprar una consola u otra, jugar a Call of Duty: Ghosts o a Battlefield 4. La lucha es tan despiadada que nos cuesta saber qué es lo que estamos viendo. Probamos por primera vez Ryse y quedamos desencantados pero, de The Order no sabemos nada nuevo. Al final solo nos queda poner la balanza y saber a quién quieres más, a papá o a mamá.
<< Anterior Siguiente >>