La esencia de Mass Effect está presente en Anthem
Anthem ha sorprendido en su demo VIP, es evidente, y aquí tenéis un ejemplo más de jugador reconvertido a pesar de las enormes dudas que me generaba. Es imposible sacar conclusiones de unas pocas horas con un título de estas características, pero comprobar cómo BioWare ha conseguido crear un universo interesante, que jugablemente es muy satisfactorio en la acción (algo a lo que no nos tenían acostumbrados en sus juegos previos) y que parece haberse construido con cariño es un buen punto de partida. Pero hay algo más que ha conseguido convencerme y que además impregna de la personalidad del estudio a la obra: la esencia de Mass Effect está ahí.
No esperaba para nada que Anthem me invitara a recorrer la base inicial del juego todas las veces después de realizar una misión. ¿Por qué motivo? Porque cada vez que consigues avanzar en la historia los personajes allí presentes ofrecen nuevas líneas de diálogo y conversaciones en las que poder participar activamente, eligiendo nuestra respuestas. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que existen varios personajes que te piden consejos sentimentales y otros con los que ir generando un vínculo especial. Y todo ello teniendo en cuenta que la Demo reducía la mayor parte de las conversaciones a unos pocos personajes, cerrando la posibilidad de hacerlo con todos los allí presentes.
Esa es la esencia de Mass Effect o Dragon Age: tener la necesidad de dar una vuelta por tu nave o por tus aposentos después de cada misión para charlar con tus camaradas. Comprobar si tienen algo más que decir o si quizás esperan que les hagamos un favor. Después, por supuesto, también existe la posibilidad de implicarnos sentimentalmente con ellos, aunque esa opción ya se ha descartado por parte de BioWare en Anthem. Pero quién sabe, porque en un juego de estas características que irá recibiendo actualizaciones y cambios de forma frecuente no se puede descartar nada y a mí me encantaría dejar abierta esa puerta.
Si hay algo que BioWare hace bien es eso y me alegro enormemente de haberlo visto en Anthem. Habrá que comprobar hasta qué punto llega a ser algo verdaderamente interesante y que se sostenga con el paso de las horas y la repetición continua de misiones (aunque esto habrá que hacerlo con la obra al completo y no solo con este aspecto) pero de primeras es otra de las muchas razones por las que el juego tiene mi atención. No solo para completar las misiones, para eliminar a los enemigos con las nuevas armas, para mejorar la armadura de mi Alabarda o para desbloquear otras nuevas, sino para conversar y avanzar emocionalmente con los personajes que también forman parte de la historia en mayor o menor medida.
Las comparaciones son odiosas y con Anthem es algo que ha ocurrido y seguirá pasando sin cesar, pero precisamente desligarse de otras obras que ofrecen experiencias similares a través de una característica como la socialización entre jugador y personajes no controlables me parece una idea fabulosa, porque es algo que BioWare sabe hacer muy bien y porque puede ser un estupendo desengrasante de las horas y horas que pasaremos en combate. La esencia de sus autores parece que estará presente en una obra muy distinta a lo que nos tenían acostumbrados hasta ahora, siendo algo muy positivo a priori.
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