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La conservación histórica en Assassin’s Creed y la importancia del Discovery Tour en Valhalla

Una modalidad de juego con muchísimas horas detrás
Por Brenda Giacconi

Uno de los aspectos que más me llamaron la atención de mi primera partida a Assassin’s Creed (además de sus misiones repetitivas) fue el ambiente. El vestuario de los NPC, sus rasgos faciales, el estilo arquitectónico de la zona, los pequeños retazos de tradición y los escalones sociales que descubría en una civilización muy diferente a la mía en una época todavía más lejana. Pero lo dejé pasar; me pareció que la fidelidad cultural era un buen detalle añadido y no le di más importancia ni a esto ni a las entregas posteriores.

 

Hasta el año pasado, cuando sucedió aquella tragedia que, en forma de incendio descontrolado, hizo desaparecer la catedral de Notre Dame de París. A los dos días, leí una noticia relacionada con la saga de Ubisoft: Assassin’s Creed Unity conservaba virtualmente una de las representaciones más fidedignas de la obra perdida. Claro está, que los desarrolladores se tomaron algunas licencias durante el modelado de la estructura, tales como ciertos accesorios arquitectónicos que no se habían añadido en la época de la Revolución Francesa, pero que facilitaban la escalada de los jugadores. La construcción digital del edificio tomó más de 5.000 horas al equipo, pues estaban obsesionados por reproducir hasta el más mínimo detalle. Y quizás este esfuerzo es lo único que quede de ese pedazo de historia que perdimos entre las llamas de un 15 de abril de 2019.

 

Discovery Tour en Assassin's Creed Origins

 

El afán casi exhaustivo por estos actos se ha ido repitiendo a lo largo de las entregas de Assassin’s Creed, convirtiéndose en una parte crucial del juego lo suficientemente leal como para aprovecharse desde un punto de vista educativo. Discovery Tour se estrenaba por primera vez en Assassin’s Creed Origins, un modo de juego con decenas de rutas turísticas a disposición del jugador y vía libre para explorar sin ataques de enemigos. Tanto en su momento como en la actualidad, y viendo que en el panorama formativo no hemos avanzado mucho ni en lo técnico ni en lo innovador, es difícil imaginar que el título se vaya a utilizar en una clase de Historia de instituto: la mayoría de centros no cuentan con los ordenadores adecuados, pues no son lo suficientemente potentes y no hay tanta cantidad como se necesitaría. Pero, dejando todo esto a un lado, sí que se trata de una modalidad de juego que llamaba la atención de aquellos apasionados por la cultura egipcia.

 

Assassin’s Creed Odyssey repitió la formula, también con buena aceptación por parte de los jugadores, añadiendo nuevas posibilidades como la de hablar sobre filosofía con Sócrates o de política con Pericles. Sin embargo, y aunque ya se veía venir, me anima saber que Discovery Tour llegará a Assassin’s Creed Valhalla. La franquicia suele desarrollarse en zonas y épocas con mucho interés entre el público: la Italia Renacentista, la Europa antigua más conflictiva, el Egipto de las pirámides, la Grecia Helénica, la Revolución Industrial de Londres… Y, ahora que los territorios nórdicos se han abierto paso entre el público con series como Vikings u otros productos como God of War, no sorprendía saber que el próximo título de la saga se desarrollaría en esos lares.

 

Assassin's Creed Valhalla

 

No obstante, este terreno es recientemente popular, por lo que suele omitirse de los libros de historia más generales. De este modo, ya sabemos que lo que aprenderemos en Assassin’s Creed Valhalla, tanto 'in game' como en su modo Discovery Tour, será información muy estudiada y con la colaboración de muchos expertos. Seguramente habrá muchos jugadores que, gracias al próximo título de Ubisoft, tocarán por primera vez esta cultura desde una perspectiva educativa. Y eso, dejando de lado las altas expectativas, la potencia gráfica y el argumento del juego, puede ser muy interesante.


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