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La ciencia en Dark Souls a través de los ojos del desgraciado Molinete

Obsesionarse con la vida conduce a la muerte
Por Adrián Suárez Mouriño

En Dark Souls, yo siempre he entendido a la fe y los milagros como tal pero a la magia como ciencia. A priori puede parecer una idiotez decir que los brujos, hechiceros o nigromantes son científicos, pero si pensamos en Sombrero Grande Logan y su búsqueda del conocimiento sí tiene sentido. A diferencia de la Iglesia de Thorolund y de Reah, todos los que se comprometen con la magia adquieren un fuerte compromiso con la búsqueda de la verdad a través de la investigación. A través de la ciencia.

 

En la obra de Miyazaki y From Software, esa verdad absoluta que se persigue es el control de la vida y de la muerte. En verdad, la religión y la ciencia de este universo persiguen lo mismo solo que desde distintos puntos de vista (como en nuestra realidad, vaya). Centrándonos en el campo de la cultura y dejando atrás el de las creencias, en Dark Souls hay dos ramas principales de doctorandos: los magos y los nigromantes. Cuando hablamos de la figura de Logan tratamos a los primeros, ahora toca hablar de los segundos; lo que nos lleva a Nito y a una de las figuras más inquietantes del juego: Molinete.

 

 

El poderoso Nito, uno de los cuatro grandes señores, fue el primero en volver a la vida tras morir. Este suceso le concedió un poder absoluto a su alma, convirtiéndose el encargado de encarnar a la propia muerte. Nito necesita nutrirse de las vidas que cercena con su guadaña. Hablaremos a fondo de este personaje en otro capítulo, pues aquí estamos para hablar de la ciencia de los nigromantes. Lo que tenéis que saber es que Nito contaba con una habilidad materializada en el objeto 'Rito del Avivado', algo que aumenta el poder de las hogueras y que servía para alimentar a Nito de paso.

 

Antes dijimos que tanto la fe como la ciencia perseguían lo mismo, pues bien, tanto la iglesia de Thorolund como los nigromantes ansiaban este don, solo que intentaban llegar a él a través de distintos métodos. Los magos de la muerte se instalaron en el hogar de Nito, acosándolo y obligándole a recluirse en lo más profundo de sus aposentos para protegerse de ellos.

 

 

Uno de ellos, Molinete, perdió a su esposa y a su hijo en el parto de este y enloqueció. Consiguió robarle el Rito del Avivado a Nito y experimentó con sus cadáveres para intentar revivirlos. La cosa salió fatal y sus cuerpos quedaron adheridos al suyo. Este es el motivo por el que este personaje, al que llegamos antes de pelear con Nito tiene esa forma tan extraña y también porque es un boss tan fácil.

 

Tanto en Demon´s Souls, cuando peleamos con el enemigo final, como cuando batallamos contra Molinete, descubrimos algo en la manera de entender la dificultad de Miyazaki: solo los jefes fuertes, sanos y robustos se muestran como tal, mientras que para reflejar a alguien abatido o enclenque, Miyazaki los pinta débiles, para que nos sorprendamos y nos preguntemos por qué este enemigo en concreto es tan fácil. Es decir, Dark Souls no es difícil siempre y no es difícil porque sí.

 

Hay dos elementos más por el que Molinete me fascina. Uno de ellos es el que os comento: descubrir que no importa si eliges el camino de la ciencia sin medida o el de la fe a ciegas, ambos extremos conducen a lo mismo: a la muerte de uno mismo y de los que más quieres, así como a la locura. El otro es por la capacidad de Miyazaki de crear los tétricos y expresivos bodegones en los que nos enfrentamos a ciertos enemigos. Aunque este sea un jefecillo cualquiera y su historia no esté demasiado desarrollada en la saga, se nota que se quiere explicar con él lo mal que acaba uno al no ser capaz de aceptar la realidad de la vida: que todos morimos.

 

En Dark Souls no solo se castiga a la religión, también a la ciencia, ¿o se nos quiere decir que la ciencia mal entendida se convierte en algo parecido a una fe?


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