Que sí, que el futuro es incierto y hay que ir planteándose modificar el modelo de negocio y todo eso, pero lo que no se puede hacer es agarrarse a un sistema basado en las micro-transacciones prometiendo el oro y el moro y dejar a los usuarios en bragas tras haberse comprometido a pasar por el aro en un sistema así sin garantía alguna de que resulte rentable a largo plazo por ambas partes. Luego pasan estas cosas.
Todo esto viene a colación de la noticia sobre la discontinuidad del soporte para el videojuego Microsoft Flight, sucesor espiritual de los conocidísimos simuladores de vuelo Flight Simulator, que comenzó en febrero de este mismo año su andadura con un sistema de ampliación de contenido que requería el paso por caja a través de su tienda virtual si queríamos conseguir más escenarios, aviones y misiones que las que trae el juego base (totalmente gratuito), que se limitaba a un tutorial, un par de avionetas y algunas misiones de aprendizaje.
Tras un agorero comunicado oficial y la confirmación dada a GameSpot, Microsoft Game Studios ha decidido dejar de lado todo tipo de soporte o creación de contenido adicional para el juego a partir de ahora, que se encontraba en manos de uno de sus estudios ubicado en Vancouver. De hecho, los trabajadores de dicho estudio interno van a ser reubicados en distintos proyectos, abandonando también otro desarrollo hasta ahora desconocido con nombre en clave “Project Columbia”, que estaba siendo desarrollado para Kinect.
Dejando de lado el hecho de que una saga tan consagrada y especializada para determinado tipo de público como es Flight Simulator haya tirado por derroteros arcade en esta última entrega, no consigo comprender cuales son los inescrutables caminos comerciales de las grandes compañías, ya no por el hecho de haber devaluado una marca que hasta entonces era sinónimo de éxito, sino por la poca seriedad al no planificar el contenido post-lanzamiento a largo plazo. Cinco meses de soporte es un suspiro, y más en el mundo de los simuladores de vuelo, donde la longevidad media de los títulos más importantes es mucho más larga que las de otros ámbitos.
Todos pretenden que confiemos en el Free-to-Play y en el hecho de que las micro-transacciones son el futuro, pero con noticias de este tipo uno sigue con la guardia bien alta en estos menesteres. La fragilidad de un producto que debemos completar pagándolo por fascículos y el hecho de que en la mayoría de casos está anclado a una infraestructura obligadamente centrada en el juego online son motivos de peso para que el formato físico y la venta tradicional no tengan visos de desaparecer. Por supuesto, los usuarios de Microsoft Flight van a poder seguir disfrutando de su título y de todos los añadidos que le haya incorporado hasta ahora, pero con el conocimiento de que su juego no va a crecer más. No me he puesto a echar cuentas, pero está por ver si el balance entre gastos y contenido se equilibra con respecto a lo que se conseguiría si desde un principio se comercializa como un producto completo de una sentada. Mientras esto no esté claro en la cabeza de los que deciden en las oficinas la cosa no avanzará.