La batalla de los AAA abandona la innovación en la next-gen

La llegada de la nueva generación de consolas está trayendo cola, y esto es sólo el principio. Aunque por el momento sólo se puede hablar en base a poco más que lo poco que conocemos de PlayStation 4 y todos los detalles que se han ido diciendo desde la pasada semana, empiezan a surgir interesantes debates como qué pasará con los presupuestos de los videojuegos que cada vez exigirán más.

Alex Hutchinson, director creativo de Assassin's Creed III, comentaba en una reciente entrevista todas las bondades que la nueva PlayStation podría llegar a tener, aunque siempre dependiendo de que cada desarrolladora decida implementar mejor o peor todas las opciones sociales a las que podremos acceder desde el nuevo botón Share. Decía muchas cosas ciertas, entre ellas, que el éxito o no de esta generación vendrá marcado por el software.

Pero también decía muchas otras cosas que nos hacen tener que pensar en negativo, a pesar de que, nombres, compañías o marcas aparte, tenemos que mirar por encima de todo que un videojuego nos sorprenda y divierta. Pero si hoy en día ya nos escama la gran diferencia entre los AAA que cada vez parecen más repetitivos a ojos de muchos por muchos millones que vendan, las nuevas posibilidades pueden hacer que esa diferencia sea aún mayor.

Lo que básicamente significa algo que era inevitable y que desde luego nunca descartamos, y es que seguirá habiendo juegos mediocres que nunca tengan la oportunidad de llegar a ser mejores, juegos que aún siendo genialidades pasarán desapercibidos, y un mercado copado por los mismos de siempre que volverán a repetir el ciclo de engancharnos como mejor saben para volver a darnos lo mismo de una fórmula que funcionó una vez, año tras año hasta la extenuación.

Bien es cierto que de no ser por todos estos superventas anuales puede que nunca hubiésemos vivido otros grandísimos juegos, pero no cabe duda de que la industria sólo podría llegar a centrarse en la innovación dejando de lado esa obsesiva carrera tecnológica de cara a ese gran público que sólo aspira al fotorrealismo en sus pantallas.

Ahí están teniendo mucho que decir desde hace una buena temporada los desarrollos indie, y será en esos pequeños y medianos estudios en los que las grandes compañías delegarán la responsabilidad de aportar esas grandes ideas novedosas que luego podrán adaptar a sus blockbusters.

Queda claro entonces en quién recaerá el peso de la innovación durante los próximos años aunque las creadoras del nuevo hardware sean quienes sienten las bases de lo que pretenden ofrecer. A pesar de esta poco acertada declaración de buena fe para con los pequeños estudios mientras piensa en llenarse los bolsillos de billetes con más Assassin's Creed cada vez más caros, Hutchinson cerraba la entrevista con un par de frases que podrían definir un mundo ideal pero que, lamentablemente, dudamos mucho que vaya a ser así, más aún viendo cómo los principales debates se forman en torno a los gráficos y los saltos tecnológicos. «Hay mucha variedad de opciones en el mercado ahora mismo, no sólo para los jugadores sino para las desarrolladoras en función de a qué plataformas quieren apoyar, y nadie puede permitirse ser arrogante.»