Kingdom Hearts Melody of Memory es un precioso viaje musical de recuerdos por toda la saga
Kingdom Hearts: Melody of Memory llegará el próximo día 13 de noviembre pero ya he podido perderme entre algunas de sus canciones para desentrañar sus misterios. Va a incluir historia y lore adicional made in Nomura, pero parece que de forma testimonial y sin añadidos de verdadera importancia, algo que se agradece, teniendo en cuenta que para comprender la historia de la saga hasta el momento tan solo seguiremos necesitando haber jugado a todos los títulos existentes y escuchar algún que otro programa de tres horas y media. Aquí venimos a hacer un repaso musical por toda la historia de la franquicia a modo de celebración.
Aunque yo he podido disfrutar de varias canciones salteadas, lo interesante de Kingdom Hearts: Melody of Memory será disfrutar de sus 140 fases musicales por orden, tal y como las vivimos en su momento en la franquicia. Aquellas míticas canciones que sonaban durante nuestras decisiones en los primeros minutos en Kingdom Hearts, nuestra llegada a sus diferentes mundos o a los enfrentamientos con ciertos jefes. Es fascinante cómo esas maravillosas melodías de Y?ko Shimomura penetran en tus recuerdos. Reconozco que ha sido bonito recordarme a mí mismo eligiendo al inicio del primer Kingdom Hearts un bonito día de verano donde las demás preocupaciones eran inexistentes, solo importaba si escoger la espada, el escudo o el bastón mágico. Yo cogí la espada, por supuesto.
Los pequeños añadidos de lore de Kingdom Hearts: Melody of Memory no serán su principal ingrediente, como decía anteriormente, y se nota que va dirigido a los verdaderos amantes de su universo. A no ser que detestes los títulos musicales, si disfrutaste de los bellos momentos que una de las sagas más emotivas de las últimas décadas nos ha regalado, gozarás de cada nota. Y eso os lo digo yo, que tras la tercera entrega me bajé del carro al que solo me volveré a subir por obligación.
El funcionamiento de las fases es sencillo y recuerda a otros muchos títulos del mismo estilo. Sora, Donald y Goofy (junto a otros personajes) irán avanzando por una partitura mientras el escenario (ambientado en el instante de la historia que quiere plasmar) se va moviendo. Los enemigos irán apareciendo al ritmo de la música y deberemos ir pulsando los botones de manera correcta. En esta ocasión no se utiliza una combinación única, donde tenemos que pulsar el botón correcto en el momento adecuado, sino que podemos utilizar el que queramos dentro de una combinación de tres botones que se unen al salto. Pulsando uno de esos tres botones atacaremos a un enemigo, pulsando dos a la vez atacaremos a dos y si pulsamos los tres a la vez nos servirá para atacar a tres enemigos a la vez cuando estos se junten en la partitura, que suele coincidir con los momentos más álgidos de las piezas. Un sistema propio que funciona bien.
También tendremos que saltar y pulsar el botón en el momento correcto para acertar en los enemigos alados, evitar ciertos ataques y levitar mientras capturamos todas las notas flotantes. La salsa de Kingdom Hearts: Melody of Memory se saborea cuando tenemos que ir combinando todos los botones y acciones al son de la música y el ritmo, con piezas más complicadas que otras y con la posibilidad de ir escogiendo las dificultades que queramos. Suena sencillo y lo es, pero ahí está la gracia y la complicación de dominar todo el esquema cuando las cosas se ponen difíciles.
Kindgom Hearts: Melody of Memory, tras haber podido completar unas pocas piezas musicales, parece una obra muy destinada a los amantes de la franquicia. Hacer un repaso por toda su historia a través de las melodías más icónicas de los juegos, mientras acabamos con los mismos enemigos y recorremos sus escenarios, es un ejercicio precioso. También gustará a los amantes de los títulos musicales y de ritmo de este estilo, aunque entiendo que parte de la gracia del viaje y del recorrido se perderá.
Una preciosa manera de volver a pasear por esas bellas estancias con esas fantásticas músicas que a muchos nos acompañaron en algunos de los mejores años como jugadores de nuestra vida. Y sin que Nomura haga de las suyas, ¿quién necesita más?
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