Killer Instinct 3: la historia que nunca acaba

Desde que Microsoft se hiciese con Rare a principios de la pasada década, ningún rumor ha sido tan fuerte, pesado e insistente como la llegada del advenimiento Killer Instinct a las consolas de Microsoft. Echaremos un repaso a lo largo del presente escrito, pero desde que la antaño legendaria empresa británica entrase en la nómina de los de Redmond, ha sido un constante rumor que nunca se ha terminado de formalizar. 

De hecho, en los últimos años y con la llegada de Kinect, se venía hablando de un posible regreso de Yago, Fulgore y compañía usando las virtudes del control sin mando, pero nunca se ha terminado de concretar ese concepto. De hecho, esa posibilidad de Kinect – Killer Instinct se viene hablando desde la aparición de Project Natal, por lo que es lógico que muchos pensásemos que, desgraciadamente, el camino de la franquicia era el que Microsoft dictase.

¿A qué viene el asunto? Fácil: Microsoft ha registrado, de nuevo, la marca Killer Instinct para hacer uso comercial de ella durante los próximos meses. Únicamente podemos acceder a dicho registro y confirmar su validez, pero más allá de eso no podemos sacar muchas más conclusiones, puesto que Microsoft no ha confirmado absolutamente nada y Rare está más callada Maggie Simpson.

Merece un estudio serio y profundo la relación de Microsoft con Rare. En serio, habría que estudiar qué demonios pasó con una empresa de tan magna categoría que ha acabado pasando por el más puro ostracismo a la sombra de otros equipos contratados por la empresa americana que les ha pasado la mano por la cara. De hecho, si ese fuese el problema no importaría en exceso: el problema viene por el propio demérito de los británicos, que les impide salir a flote con algunas de sus más recientes obras.

Estamos desprovistos de Killer Instinct desde 1996, y no sería extraño pensar que continuaremos sin ello durante otro largo periodo de tiempo. Diré más, si va a estar relacionado con Kinect, viendo los distintos representantes del género de la lucha que se han relacionado con el periférico de Microsoft, casi que lo prefiero. No, francamente: no me interesa en absoluto. Creo que deberían aprovechar el rebufo y la buena salud de la que goza el género en la actualidad y petarlo con una obra digna del nombre.

Pero claro, eso despierta en mí una pregunta: ¿petarlo con quién? ¿Sin los Stamper? ¿Sin muchos de los miembros originales del equipo en los noventa? Es harto complicado, por no decir imposible, que de ahí salga algo digno del nombre, y al último Perfect Dark y Banjo me remito... ¿Estuvieron a la altura de algo? Evidentemente, no, no lo estuvieron. ¿Tenían cosas buenas a pesar de todo? Por supuesto, pero no podían brillar como hicieron antaño sus homónimos en consolas de Nintendo.

De hecho, quizás sea un buen momento para rescatar las palabras de Grant Kirkhope, mítico compositor que dejó la empresa hace pocos meses y tuvo algunas declaraciones punzantes contra la que fue su casa y su relación con Microsoft en las que llegó a reconocer, incluso, que lloraba al pensar en la situación de la firma:

A ver quién se atreve a ilusionarse con la mera posibilidad de un retorno de Killer Instinct, ¿verdad?