Kickstarter, teamodio

No os voy a engañar: más allá de que el retorno de los Bad Dudes vs Dragon Ninja mediante KickStarter me parezca una auténtica pantomima, cuando vi ayer el retorno desde el mismo sendero de las Great Giana Sister también me llegaron malas vibraciones. Sin llegar al negativismo, veo en el crowdfunding algo muy interesante para muchos desarrolladores, pero el hecho de usar éxitos del pasado para traerlos de nuevo de la mano de “vaya-usted-a-saber-quién” me puede llegar a indignar. Un momento... ¿Los fundadores del estudio tienen que ver con el desarrollo de la obra original? ¿Y esa jugabilidad? ¿Cambios de escenario en tiempo real? ¿Y ese diseño? Oh, vale, maldita sea: me lo has vendido, toma mis malditos 10 euros.

¿Tienen ustedes también esa extraña desconfianza por todo lo que sale últimamente en KickStarter? A mí me sale sin querer y no sé el motivo. Desde luego que si no me hubiese molestado en ver el vídeo del Project Giana ni se me habría pasado por la cabeza en hacerme con él o confiar mínimamente en ello. No sé qué os habrá parecido el clip, pero el concepto es muy prometedor y fresco: mucha chicha veo yo en ese título. Pero retrocedamos a mi pensamiento paranoico... ¿La gente se está cansando ya del crowdfunding para videojuegos o es una percepción mía? Francamente, todavía es pronto para hartarse de algo que todavía no ha dado un paso en su corta pero dilatada historia.

Desde que se escribió la primera letra de este nuevo capítulo de la historia del videojuego, todavía no hemos visto ningún juego publicado por los tipos grandes que popularizaron la financiación masiva de software lúdico, por lo que creo que es pronto para ser negativos con algo que todavía no se ha quitado los pañales. Cuando Schaffer o Lowe saquen al mercado sus títulos veremos si están a la altura de las exigencias que tuvieron en un principio. No existen motivos de peso para pensar que no van a funcionar, pero algunos están deseando sacar la pluma de azotar para comenzar a sacar sus chascarrillos y sus “ya te lo dije”. Mejor un juego bueno financiado por seguidores que una frase empalagosa y lamentable, ¿no? Para algunos no.

Eso sí, permitidme que me ponga a adivinar el futuro: tras los grandes llegarán la amalgama de docenas y docenas de desarrolladores que han prometido el oro y moro con sus obras y empezará el follón informativo. ¿Os cansan las noticias de “se ha hecho un Kickstarter de...”? Preparaos para las noticias de “El juego financiado por Kickstarter de XXX ha sido un auténtico [inserte adjetivo ido de olla positivo-negativo aquí]” sumado a las primeras, que seguirán, entonces sí que vamos a flipar. Luego vendrán los del “el autor del juego financiado XXX habla de YYY y pide perdón/agradece por LOQUESEA”. “Se anuncia secuela del exitoso XXX”, subtítulo: “se financió por Kickstarter y volverá a hacerlo”. Tras ello vendrán los gurús de la industria hablando del asunto “Kojima opina del Kickstarter”, “Iwata confirma en el Nintendo Direct que el crowdfunding no es más potente que WiiU”.

En definitiva, rebajemos nuestro pesimismo y aceptemos la realidad: el crowdfunding ha venido para quedarse en el mundo del videojuego. De hecho, ni siquiera es algo exclusivo de nuestro ocio: cine, literatura, comunicación, pintura, deportes, entre otros, están sumando proyectos de financiación masiva en todos los portales que se dedican a ello y todos se están adaptando, ¿por qué debería ser diferente nuestro caso? Aceptémoslo e intentemos no "odiarlo" tan pronto o nos convertiremos en uno de esos viejos gruñones de menos de 40 años que tanto abundan en nuestro hobby. Abramos nuestra mente y confiemos en ese – sospechosamente parecido a los diseños y sprites de KOF – Dragon Ninja y a ese prodigio y next-gen killer llamado Ouya. Bienvenidos todos, maldita sea.

Hablando de Ouya, que hace unos días que no la tocamos por aquí, los desarrolladores del Giana Project han confirmado que si llegan a los 300.000 dólares (el doble de lo que piden) sacarán una versión para dicha máquina. Saquen sus conclusiones. Toda la suerte del mundo a los del Black Forest: que buena pinta tiene el juego.